El Alfil Negro

EL GUETO POTOSINO

Por Ramón Ortiz Aguirre

«Pari passu»
(Al mismo paso, al mismo ritmo)

Durante el gobierno del panista Marcelo de los Santos Fraga, se presentó con bombo y platillo un programa de vivienda que prometía la construcción de un gran complejo habitacional. El sitio se lotificaría para 30 mil viviendas y, según el señor Marcelo, sería un proyecto único a nivel nacional que resolvería la precaria situación de muchas familias impedidas de acceder a un crédito para comprar un terreno o una casa habitación.

 

Lo que parecía un excelente proyecto para nuestra ciudad fue, sin embargo, la conformación de un gueto. Ahí refundieron a gente necesitada con el pretexto de que encontrarían, junto a la vivienda, un trabajo seguro en el parque industrial “Colinas de San Luis” que también iba a desarrollarse. La cercanía de un empleo con un buen sueldo sería la solución a su precaria economía y lamentable situación existencial. Aunque es verdad que en ese sitio existen hoy algunas fábricas, también es cierto que los trabajos generados han sido muy pocos. Sucede que las empresas requieren personal altamente capacitado que opere sus procesos manejados por robots.

 

Esta “Ciudad Satélite” se encuentra a unos 21 kilómetros del centro de la mancha y sus condiciones urbanas y de vida son muy precarias. Por no hablar de la seguridad, solo pensemos en que los servicios municipales son prácticamente inexistentes. Poca gente cuenta con los servicios públicos que les suministra deficientemente el gobierno del estado y hoy, con la formación del municipio de Villa de Pozos, la situación se ha complicado pues la administración de la entidad se maneja como si se tratara de otra colonia de Soledad de Graciano Sánchez.

 

Aunque los del PAN no quiera reconocer que uno de sus gobiernos construyó un arrabal para sacar de la mancha urbana a una importante cantidad de ciudadanos precarizados, deben aceptar que actuaron con dolo y maldad. Llevaron a seres humanos que les resultaron incómodos, a vivir lejos y escondidos en espacios más reducidos, incluso, que los cuartos de las vecindades de la capital del estado, en viviendas que a lo mucho tienen entre 30 y 180 metros cuadrados de construcción con terminaciones de pésima calidad.

 

Insisto en reconocer a este espacio como un auténtico gueto, pues se trata de un área específica en la ciudad en que un grupo sociocultural determinado vive en la mayor reclusión de forma voluntaria o involuntaria. Históricamente, los guetos han surgido por diferencias políticas, sociales, legales o económicas y, conforme a los diccionarios de la lengua, muy específicamente un gueto es un barrio o suburbio en que viven personas marginadas por el resto de la sociedad, y eso es lo que en realidad sucede en ese satelital desarrollo habitacional.

 

Recientemente, Ricardo Gallardo anunció con bombo y platillo la donación de 30,000 viviendas o terrenos en esa misma ubicación. Ha retomado la idea de aislamiento que inició Marcelo de los Santos, ignorando que su proyecto proviene de la que él mismo ha llamado “la herencia maldita”. ¿Quién iba a pensar que nuestro gobernador se fusionaría ideológicamente con “don Marcelo”? Quienes hoy lo aplauden en poco tiempo lo van a maldecir.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE

ramon.ortiz.aguirre@gmail.com

Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.

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