El alfil negro

Por Ramón Ortiz Aguirre

CHRISTMAS IN JULY, CHRISTMAS CON MADURO

 

Nihil est annis velocius

(Nada es más veloz que los años)

-Ovidio

Desde hace algunas semanas, muchas tiendas departamentales se han vestido de rojo navideño. Por sus pasillos encontramos árboles de Navidad con los adornos de moda, y aunque ya se ven pocos nacimientos, allí están también, junto a las rollizas figuras de Santa Claus. Como se ve, de golpe y porrazo nos ha llegado desde finales de julio, la de antaño esperada Navidad y digo de antaño porque la voracidad mercantil ha adelantado los tiempos en aras de un afán mercantilista.

La Navidad es una festividad cristiana que conmemora el nacimiento de Jesucristo. Conforme al calendario gregoriano, se celebra el 25 de diciembre, mientras que la iglesia ortodoxa rusa la viene a celebrar hasta el 7 de enero. Conforme al calendario juliano, esta festividad se ha vuelto universal, pues en nuestros días la celebran, junto a todos los cristianos, profesantes de otras religiones, quienes tienen en este festejo un espacio para el descanso, la convivencia, la excesos y los gastos exorbitantes.

El tiempo también se ha adelantado en Venezuela y por decreto presidencial emitido por el reelecto Nicolás Maduro el pasado 2 de septiembre, cuando se dirigió eufóricamente al pueblo venezolano para anunciarles, con etas palabras: "Está llegando septiembre y dije: septiembre y ya huele a Navidad. Y por eso este año en homenaje a ustedes, en agradecimiento a ustedes, voy a decretar el adelanto de la Navidad para el 1 de octubre. Para todos y todas llegó la Navidad, con paz, felicidad y seguridad".

Sea cual sea el decreto, los venezolanos seguirán festejando la Navidad el 25 de diciembre. Asistirán a misa de gallo, brindarán y comerán platillos típicos como las hallacas, una especie de tamal elaborado con harina de maíz, sazonado con caldo de pollo o gallina, teñida con omoto o achiote y rellena con un guiso de res, cerdo y gallina o pollo, con carne mechada, aceitunas, pasas y pan de jamón que es un pan que contiene pasas y aceitunas, ensalada de gallina y pernil de cerdo. Supongo que, entonces, la navidad venezolana de 2024 será más larga que nuestro maratón Lupe Reyes, pues iniciará el 1 de octubre y se prolongara hasta el seis en enero del 2025. Claro, eso si el señor Maduro no decreta otra cosa.

Nadie por aquí debería criticar esta decisión venezolana, aunque muchos mexicanos se quejen en redes sociales del “acto blasfemo” de Maduro. Como dije, aquí nosotros vivimos la Navidad desde el mes de julio. Como dicen los yankis, "tenemos la Christmas in July",  y no por decreto político alguno, sino por mandato del consumismo desatado. Nos endrogamos desaforadamente y, total, cuando llegue el momento de pagar para eso está el aguinaldo que se esfumará rápidamente al pagarse las cuentas de las tarjetas de crédito bancarias y departamentales, mientras saludamos a Santa Claus tomando Coca-Cola y agitando su mano desde el trineo.

Por cierto, y a propósito de despropósitos de este tipo, les prometo que pronto les contaré sobre cuando el rollizo Santa Claus se convirtió en Quetzalcóatl y esa muy extraña Navidad mexicana de hace casi un siglo, que de darse en estos días haría escandalizar a más de uno.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE

ramon.ortiz.aguirre@gmail.com

Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.

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