El alfil negro
Por Ramón Ortiz Aguirre
Obsesión Compulsiva
Humanum genus est ávidum nimis auricularum.
(Lucrecio)
Desde el primer día de la actual administración estatal, los potosinos y otros avecinados en estas tierras del altiplano mexicano, hemos escuchado una y otra vez la invitación para asistir y gozar de la llamada Feria Nacional Potosina, a la que ahora han dado en calificar como “la mejor feria del país”. La convocatoria se repite todos los días, sin importar el mes del año en el que nos encontremos, y se hace de forma machacona, terca y, me atrevo a decir, hasta insultante, pues no respetan los gustos de la población, a fuerza nos quieren obligar a asistir a ser testigos de lo que para el gobernante en turno es el espectáculo más grande del mundo.
Si tratamos de encontrar una explicación a ese llamado diario para participar en un evento poco atractivo para la mayoría de nosotros, no la encontraremos. Tampoco una clarificación sobre por qué se debe causar esa sangría descomunal a las arcas estatales, pues resulta que, según nos dicen, que todo lo que allí sucede será gratis, absolutamente gratis.
Creo que debemos comenzar por preguntarnos el significado de esta obsesión del gobernante con la FENAPO. El pensamiento obsesivo es aquel que se impone en la mente de una persona de forma repetitiva y con independencia de su voluntad, de forma que no se puede reprimir o evitar con facilidad. La obsesión puede llevar a una persona a vivir en un mundo diferente al que habita la mayor parte de la gente, pues él se construye una realidad sin estados negativos.
Para un obsesionado de esta naturaleza, todo es positivo, mucho más cuando él mismo lo ha generado. De allí el reiterado llamado para que la población asista a un evento lleno de conciertos “gratuitos”, así como a un día de enchiladas y fritangas gratis (para todo aquel que esté dispuesto a perder un día de trabajo con tal de divertirse). Lo que se busca es que el pueblo “agradezca” efusivamente a su gobernante todo lo que hace por él, aunque en realidad no haga nada por esa ciudadanía que aplaude a rabiar y que levanta cartulinas verdes con mensajes de agradecimiento para su “padrino”. Solamente se trata de pan y circo, sobre todo más circo que pan. Recordemos que él es verde.
Estamos a punto de que se cumpla el segundo ciclo de 365 días de anuncios de presentaciones artísticas gratuitas, de juegos mecánicos sin costo alguno, de fritangas al por mayor, de aplausos a rabiar y de sueños fruto de una obsesión compulsiva, digna de estudio desde el diván de un psiquiatra o de un psicólogo. La pregunta que queda es, a quién debe de estudiar el especialista en la mente humana, ¿al gobernante y su gabinete, al pueblo complaciente y acostumbrado a la dádiva, o a quien escribe esta columna?
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP
RAMÓN ORTIZ AGUIRRE
ramon.ortiz.aguirre@gmail.com
Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.