Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Política de graciosadas

Durante la Convención Bancaria, que se realizó en el puerto de Acapulco, Guerrero, la candidata de la coalición prianista, Xóchiltl Gálvez, dejó en segundo lugar la presentación de su propuesta financiera y con su habitual y confusa narrativa de acción propagandística, se abocó a denunciar "el vulgar asedio al Poder Judicial por parte del presidente y su candidata”, con lo cual evidenció su respaldo a Norma Piña por aquello de un lawfare (guerra jurídica) a favor de la oposición.

Xóchitl dijo tener inquietud sobre la situación financiera del país, criticando una vez más la gestión de los recursos del gobierno federal en proyectos con sobrecostos y rodeados de polémica por lo que advirtió a los banqueros sobre las consecuencias de continuar otros seis años bajo la administración del partido Morena. Su manía agorera también resaltó posibles impactos negativos sobre la inversión y el nearshoring (relocalización de empresas) y se mostró convencida de las bondades del emprendedurismo para disfrazar su rechazo a los programas sociales.

La danza de las falacias persiste en el discurso de la candidata del frente Fuerza y Corazón por México, lo cual devela su ineptitud e ingenuidad para interpretar la realidad social del país. Pasará a la historia como el meme de la política prianista para interpretar cómo funciona la simulación y el imaginario de los políticos de la oposición.

Muchos nos reímos de las ocurrencias de Xóchitl Gálvez y a veces dejamos de ser críticos pertinentes de su insuficiente competencia argumentativa y de pensamiento crítico, en este caso, para interpretar el panorama económico, en tal medida, que ante los banqueros se atreve a expresar sus creencias sin una argumentación sólida para respaldar sus propuestas. En este contexto, cada vez más se configura como un grave riesgo para dirigir al país y se desvanece su credibilidad en cuanto a pérdida de confianza pública.

Los políticos que carecen de argumentación sólida están expuestos a ser desacreditados fácilmente dañando su reputación y credibilidad sobre la implementación efectiva de las políticas para el desarrollo. Sin un análisis detallado de los problemas y las posibles soluciones, los políticos impreparados pueden adoptar medidas que no abordan adecuadamente los desafíos reales y recurren a las políticas ineficaces o contraproducentes que no logran resultados favorables.

Los políticos incapaces de respaldar sus propuestas con argumentos sólidos difícilmente logran convencer a los ciudadanos sobre la validez y la viabilidad de sus ideas, lo que dificulta el éxito de coaliciones y la búsqueda de soluciones consensuadas. En pocas palabras, los políticos que carecen de argumentación sólida para respaldar sus propuestas de gobierno enfrentan una serie de riesgos y consecuencias que pueden afectar negativamente su capacidad para gobernar de manera efectiva.

La candidata del prianato aspira a gobernar México con la fuerza y el corazón, es decir con sus emociones confusas y extraviadas en el laberinto de su subjetividad. El próximo debate puede ser el fin de su ilusión, aunque con el fracaso del anterior es probable que llegue asesorada para no fallar.

Héctor Aguilar Camín y Enrique Krauze, intelectuales orgánicos del viejo régimen prianista, debieran entrenarla en la esgrima narrativa, enseñarla a comprender que la política no es cuestión de graciosadas, que la retórica -desde la perspectiva de Aristóteles-, engloba cuatro partes: Invención, disposición, elocución y acción; la tradición romana (Cicerón, Quintiliano) añade la memoria a estas cuatro partes con las cuales se crea un discurso eficaz:

La invención es la etapa cognitiva de buscar ideas para el tema sobre el que va a tratar el discurso, descartando otras ideas o informaciones que no sean pertinentes. Se trata de encontrar los argumentos más adecuados al propósito y las circunstancias de la comunicación, la disposición es el momento de la planificación textual, de organizar el discurso en secuencias coherentes y con una orientación argumentativa clara.

Desde un punto de vista retórico, el discurso se articula en un exordio (introducción o proemio, en que se busca preparar el ánimo del auditorio), una narración (que persigue informar del tema del discurso o caso), una argumentación (que busca convencer de los argumentos a favor del caso en la confirmación, y disuadir de los argumentos contrarios en la refutación) y una peroración (o conclusión, en que el orador persigue conmover a la audiencia): la elocución es la etapa de la expresión en que el discurso toma forma en una lengua y en un estilo, que en retórica reúne cuatro cualidades: corrección, claridad, elegancia y decoro, cualidades que orientan la selección léxica y gramatical, la memorización del discurso,  persigue la presencia duradera del discurso en la mente para poder comunicarlo de forma oral ante un auditorio.

Por último, está la acción oratoria, momento de la actuación, de la espectacularización del discurso. Las técnicas retóricas en esta fase se relacionan con el movimiento del cuerpo, el gesto y la modulación de la voz

Basta ya de insultos al quehacer político y que quien aspire a gobernar a México muestre liderazgo con una visión clara del futuro y sea capaz de comunicar sus propuestas de manera convincente, que antes de denostar a sus adversarios muestre integridad y ética, un alto nivel de responsabilidad y rectitud moral porque ya nos es tiempo de simuladores, ni de ingenuos que confunden la política con las ganas de ir al baño.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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