Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta
La narrativa opositora
La transfiguración en el rol de los líderes de la oposición política es evidente cuando aparecen en los medios de comunicación y las redes sociales, no como dirigentes o críticos constructivos, sino como generadores de ruido mediático. Esta transformación es notoria en el actual gobierno de la presidenta Claudia Sheinbaum, donde la oposición partidista, representada principalmente por el PAN y PRI, ha adoptado estrategias comunicativas que priorizan la generación de controversia sobre la construcción políticas viables.
La ausencia de autocrítica provoca que los líderes de la oposición no logren conectar con las audiencias de manera significativa, su narrativa se desborda para descalificar la administración actual del gobierno federal. Aparecen para resignificar la realidad debido a su incapacidad para ofrecer propuestas viables a los problemas del país. Hablan para resemantizar palabras a su contentillo como las de democracia y justicia, y recurren sistemáticamente a la desinformación como herramienta política.
Un caso reciente es un video donde Jorge Romero, dirigente nacional del PAN instruyó a los legisladores panistas para que votaran a favor de la creación de la Comisión Especial en la Cámara de Diputados para investigar al llamado cártel inmobiliario en la Ciudad de México. El dirigente panista argumentó que “en México cada vez hay más casos de una evidente asociación entre los gobiernos de Morena y el crimen organizado. Tabasco se suma a la lista de gobiernos estatales gobernados por Morena, donde cada vez se hace más evidente porque es un patrón de conducta, porque esto es el resultado de 6 años de abrazos no balazos. Esta es la razón central por la cual nos amenazan con aranceles”. En el contexto de su retórica dijo que ya no se puede alcanzar mayor ilegalidad y cuando esto lo denunciaron los panistas, la reacción fue “convocar a la creación de una comisión de investigación en contra mía”. Su narrativa acusa para generar ruido, mostrándose confiado en que no encontrarán ninguna prueba en su contra cuando investiguen el cartel inmobiliario
En los mensajes públicos, los principales dirigentes de los partidos de oposición despliegan una retórica que busca fijar en la opinión pública la idea de que el gobierno de Claudia Sheinbaum es ilegítimo, corrupto, incompetente y autoritario. Las expresiones más recurrentes, son viables para una clasificación en cinco marcos discursivos: Autoritarismo y régimen dictatorial, complicidad con el narcotráfico, corrupción, ineptitud e improvisación y desprecio por la ley y las instituciones.
Cada marco agrupa palabras clave, etiquetas virales y acusaciones directas que se repiten en ruedas de prensa, spots, debates, columnas y redes sociales. En la narrativa de autoritarismo y dictadura, utilizan frases como: “Claudia Sheinbaum ha quedado marcada como autoritaria, inepta e insensata”, “está construyendo una dictadura, una autocracia” y “pretende destruir la división de poderes”. En este segmento, las claves retóricas son la hipérbole histórica: para comparar la reforma judicial con la supresión de libertades ocurrida en dictaduras latinoamericanas, otra clave es la analogía con la que los opositores citan a Venezuela o Cuba para alertar sobre el movimiento de la 4T. Una más es el maniqueísmo para presentar a la presidenta Sheinbaum como polo de “odio y rencor” frente a una “ciudadanía democrática”.
En la narrativa de complicidad con el narcotráfico usan etiquetas como la de narcogobierno, por ejemplo: “Lo verdaderamente antipatriota es pactar con el narco”. Narcopoder es otra etiqueta, por ejemplo: “El narcopoder se ha instalado en el corazón del Estado mexicano”. Otra es la de narcoterrorismo, que usó el expresidente del PAN, Marko Cortés, cuando dijo que “tipificar al narcotráfico como terrorismo permitiría la cooperación internacional”. En este segmento, las claves retóricas son: Culpabilidad por asociación y ligar a Morena con cárteles delictivos y reforzar un clima de inseguridad. Otra clave es la repetición de etiquetas como la de “narcocandidata”. Una más es la de amenaza externa para justificar la intervención de Estados Unidos. contra cárteles y para subrayar incapacidad oficial.
En la narrativa de corrupción y moralidad usan frases como: “¡Tapadera de los sobres amarillos, de la casa gris, de Segalmex!”, “quieren esconder su cloaca de corrupción bajo un tema político”, “sólo pueden ofrecer fraudes electorales y mapachería” y “¿cómo creerle a una mentirosa?”. Aquí las claves retóricas son: Énfasis moral para manifestar indignación ética. Otra clave es la negación, por ejemplo, cuando Sheinbaum llama “hipócritas” a sus adversarios, éstos responden: “hipocresía es proteger delincuentes”. También está la clave de uso de analogías religiosas: “culto a la santa muerte” que pretende escandalizar a sectores conservadores,
En la narrativa de ineptitud e improvisación usan términos como autoritaria, inepta e insensata cuando declaran que la presidenta “destruye instituciones a velocidad récord”. El término “cheque en blanco” para señalar que "el Plan C atropella contrapesos institucionales”. Las claves retóricas son: Lenguaje de catástrofe cuando dicen “se te cae el país”, Una segunda clave es la de ironía y descalificación cuando expresan “farsa gubernamental” para restar autoridad técnica.
En la narrativa de violación a la ley usan expresiones como rompe la Constitución para descalificar a la reforma judicial. Otra es la censura y persecución en contra de la Ley de Telecomunicaciones. Una más es la de delito de lesa libertad para las restricciones por la desaparición del instituto Nacional de Acceso a la información (INAI) y el atropello a la libertad de expresión. En este apartado la clave retórica es: Víctimas imaginarias para posicionar a periodistas y jueces como perseguidos para reforzar la narrativa de amenaza a la libertad.
A manera de síntesis, la narrativa opositora pretende construirse con un vocabulario emotivo, que busca asociar a la presidenta Sheinbaum con autoritarismo, crimen organizado, corrupción, ineptitud y violación de la ley, sin embargo, esta estrategia no ha funcionado, en gran medida, por la ausencia de evidencias que respalden sus dichos contra la actual administración del Gobierno Federal y la 4T.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA
Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.