El Alfil Negro

A RÍO REVUELTO… 

Por Ramón Ortiz Aguirre

Fortiter et suavite”
(Con energía y con suavidad)

-Actitud que se aconseja a maestros y gobernantes.

Hay días, semanas, meses y años de los que uno no quisiera guardar ningún recuerdo, aunque eso resulte imposible, sobre todo cuando hemos sido afectados directa o indirectamente. Eso se puede decir de lo vivido la semana pasada en San Luis Potosí; una experiencia verdaderamente difícil para los universitarios que amamos nuestra alma mater, y aunque ya parece haber llegado a un desenlace parcial, nos recuerda la serie de anomalías que han caracterizado el periodo rectoral de Alejandro Zermeño Guerra.

 

El interruptor de la bomba de tiempo que ha sacudido a nuestra máxima casa de estudios se activó el pasado 19 de octubre. Una publicación en la página principal del periódico “Reforma” informó de la violación tumultuaria sufrida por una estudiante de la Facultad de Derecho. Los datos eran claros y contundentes: el abuso sexual ocurrió en los baños de la institución, fue cometido por tres agresores (dos estudiantes y uno ajeno), y la respuesta de la Universidad había sido deficiente, por decir lo menos. Consecuentemente, se suscitó una indignación generalizada en la comunidad universitaria junto al resto de los habitantes del estado, quienes siguen preguntándose cómo es posible que algo así ocurra en un espacio como la UASLP. Para algunos de nosotros, incluso, esta pregunta dio pie a otra igual de trascendental: ¿cómo fue posible que un medio de circulación nacional y con la visibilidad del “Reforma” tuviera esta información de primera mano y aquí en San Luis nadie supiera nada de nada?

 

Sobre esto último hay que hacer inmediatamente una aclaración: claro que las autoridades de la Facultad de Derecho Licenciado Ponciano Arriaga Leija y toda la rectoría entera sabían lo que había ocurrido, pero prefirieron guardar silencio. Su intención era llegar a un acuerdo con la alumna violentada y su familia antes del lunes 20 de los corrientes. Sin embargo, no contaron con que la víctima y su madre habían presentado en la fiscalía del estado una denuncia desde el mismo día de los hechos. Fue alguien de la Fiscalía General del Estado la que filtró la nota al periódico mencionado, así como a otra publicación estatal que, presumiblemente, es propiedad del gobernador.

 

Por si fuera poco, este evento atroz sucedió apenas una semana después de que una alumna de la Facultad de Economía presentara una queja ante las autoridades universitarias, por los acosos e insinuaciones de un catedrático. Los alumnos de su unidad académica se movilizaron y habían tomado calles y alcanzado cierta notoriedad en las noticias, sobre todo porque se hizo del conocimiento público que esta estudiante no era la única que sufría esas violencias de parte de su profesor. Para no variar, la Defensoría de los Derechos Universitarios actúo con dolo y con equívocos, y aunque se comprometieron a hacer una investigación minuciosa, no dieron los resultados esperados… hasta después de la violación en Derecho, porque para el viernes 24 de octubre finalmente se notificó en una circular que el profesor ya había sido separado de su cargo,

 

Como se entiende, gracias a la presión de la comunidad universitaria entera sobre las máximas autoridades, para que se consiga justicia a la compañera ultrajada, y de paso mejoren las condiciones de vida en la UASLP, ha ido consiguiendo algunos cambios. De entrada, el director de Derecho presentó su renuncia y se despidió a la directora del Departamento de los Derechos Universitarios; se dice, incluso, que desde rectoría se despidió a parte del personal administrativo que no actuó conforme a derecho, a pesar de estar al tanto de los hechos. ¿No es ahí donde se forman los abogados? Además, ¿era necesario correr a quien fuera antes de exigirle que cumpliera con su trabajo de forma responsable?

 

En plan conciliador, el Dr. Zermeño sostuvo una primera plática con algunos alumnos implicados en las protestas, comprometiéndose a recibirlos después para revisar un pliego de peticiones. Aunque firmó públicamente una solicitud que le fue presentada para confirmar esa reunión, ¡oh, sorpresa! ¡Ya no apareció más por la tarde ni por ningún lado! Dejó Rectoría en manos de algunos funcionarios y su secretario general, el abogado Federico Garza, quienes dieron la cara para explicar que Zermeño tuvo que salir a atender un asunto en la Ciudad de México. ¿Era eso lo más prudente que podía hacer el señor rector? Tal vez no le parecía suficientemente urgente a fin de cuentas y por eso encargó el changarro a esos funcionarios de segundo y tercer nivel carentes de cualquier autoridad para resolver una situación tan delicada.

 

Tras estas actitudes de la rectoría y debido al comprensible enojo del estudiantado, se intensificaron las protestas. Esto fue aprovechado por un grupo de vándalos que, con la cara cubierta y emocionados por los daños que se iban a causar, se dedicaron a destrozar el edificio central con mucha saña. Rompieron, tiraron, pintaron las paredes y se robaron lo que había en la tienda “Unimanía”. Los funcionarios y directores salieron de rectoría rodeados de algunos de estos forajidos y pocos estudiantes que no se cansaron de insultarlos ni de arrojarles papeles y agua.

 

Todo esto ocurría mientras el secretario general se replegaba tras los otros funcionarios para esconderse, callado y sin decir siquiera esta boca es mía. En redes sociales circulan videos donde se le nota la cara de espanto y ansiedad, sobre todo cuando comenzaron los insultos contra funcionarias y directoras. En su huida tomaron un camino que yo no alcanzo a entender, cuando con el afán de escapar y ponerse en seguro, se fueron hacia Plaza de Armas, donde están los dominios de los diputados y el gobernador.

 

Cuando el río viene revuelto es tiempo de ganancias para los pescadores. Eso es lo que ha estado pasando con todo este asunto en estos días. Así, por ejemplo, algunos diputados vivales encabezados por Sara Rocha, presidenta del PRI, junto a Héctor Serrano salieron a pedir la destitución del rector y su comparecencia en el congreso estatal. ¡Cuánta ignorancia y oportunismo! Igual de parte del gobernador, quien en redes sociales informó sobre la detención de uno de los violadores, sintiéndose el protagonista de este entuerto.

 

No se queda atrás el señor Rodrigo Joaquín Lecourtois López, actual auditor superior del Instituto de Fiscalización Superior del Estado, quien se ha vuelto a lanzar a la yugular de la institución para amenazar con una auditoria sobre los recursos autogenerados por la Universidad. Amenaza con sancionar económicamente e inhabilitar tanto al secretario, como a la abogada general y al administrador de la Universidad. No conforme con eso, ahora salta a la palestra el representante legal de la empresa VEM S.A. de C.V., la constructora abusiva que arrendó en forma más que ventajosa el predio universitario de la exclusiva zona de las Lomas, y vuelve a enviar su andanada de insultos y amenazas a la institución y al rector.

 

Es posible que, si el rector maneja adecuadamente, política y socialmente esta situación, puede salir fortalecido para lo que resta de su administración. De lo contrario, triste será su destino, no sólo como universitario, sino también socialmente. Considero, también, que este no es el momento de pedir que caigan más cabezas, pero ya una vez que pase todo el problema, llegue por fin el momento de sacudirse al titular de la secretaría general, que poco o nada ha abonado y hecho para solucionar tantas desgracias juntas que estamos sufriendo los universitarios.

 

Por lo pronto hay que estar atentos: si para el día 30 de este mes el gobernador no ha pagado todo lo que nos adeuda a la comunidad universitaria, podría verse inmerso en una revuelta estudiantil que ya no sólo paralizaría la ciudad, sino al estado entero. El respeto a la UASLP, no está en juego.

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Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE

ramon.ortiz.aguirre@gmail.com

Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.

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