El Alfil Negro
SIN COMENTARIOS

Por Ramón Ortiz Aguirre
“Similia simílibus curantur"
(Las cosas semejantes se curan con sus semejantes)
Al escribir esta columna, me hice el propósito de efectuar una evaluación al detalle del significado del llamado premio Nobel de la Paz, de pronto decidí dejar de lado mi intención inicial y tan sólo concretarme a unas cuantas líneas, ya que desde mi punto de vista no vale la pena ahondar en lo sucedido en Oslo Noruega, cuando designaron a quien ellos consideraron como la merecedora al reconocimiento.
La esencia del Premio Nobel de la Paz quedo asentado en el testamento de Alfred Nobel, quien señalo que este reconocimiento debería de entregarse anualmente a aquella persona que, durante el año anterior, hubiese realizado la mayor o mejor labor en favor de la fraternidad entre las naciones, la abolición o reducción de los ejércitos permanentes y la celebración y promoción de congresos de paz.
Contrario a los otros premios Nobel, el de la paz no lo decide ningún jurado internacional, tampoco un grupo de expertos de reconocido renombre, este premio lo decide un comité formado por cinco personas elegidas por el parlamento de Noruega.
Este año la designación de la merecedora al premio, es una absurda contradicción a lo señalado por Alfred Nobel, no se ha premiado el trabajo ni la lucha por la paz, ha sido una designación meramente política, para fortalecer a la derecha y la extrema derecha en América Latina, y de esa forma dar una satisfacción a Donald Trump.
La señora María Corina Machado, ha solicitado reiteradamente la intervención del ejército de los Estados Unidos de América en Venezuela. Ha solicitado el apoyo del ejercito y gobierno de Israel, ha establecido contacto por mucho tiempo con Daniel Noboa el presidente del Ecuador, aquel que ordeno la invasión a la embajada de México, ha solicitado el consejo e intervención de Donald Trump. Ha festejado el acercamiento de la flota naval de USA, y la destrucción de lanchas que ellos dicen son de narcos y otros dicen que eran pescadores, pero el colmo de los colmos, fue el haberle dedicado el premio que le regalaron sin merecerlo al Sr. Trump y decirle que era el verdadero merecedor.
Trump también soñaba con recibir el desprestigiado premio, pero que en cierta forma ya lo obtuvo a través de la señora María Corina, quien le ha rendido pleitesía zalamera.
Hubiese sido mil veces mejor que ese premio se le otorgara al Dr. Simi, quien trajo a nuestro país, la reliquia de San judas Tadeo, abrazo al papa, vende medicinas baratitas y cuenta con el cariño de mucha gente, pero ya ven ustedes, mejor se ha premiado a quien no lo merecía al 100%
Más tardaron en anunciar el premio, para que surgieran los comentócratas nacionales y la extrema derecha a celebrar como si ellos hubieran sido los galardonados, para ellos María Corina Machado es como Juana de Arco o la mismísima Virgen de Guadalupe, en redes sociales muchos la felicitan y nunca habían oído hablar de ella, le mandan bendiciones y le piden que haga un milagro para México y les ayude a derribar a la cuarta transformación
Por supuesto que no estoy de acuerdo con la forma en que gobierna Maduro, persona a la que no defiendo. lo que señalo es el absurdo de la designación de este premio Nobel, pero en fin ya sabemos que este premio no premia la paz, premia a quienes le convienen al poder.
Cuando en la reunión de la mañanera, le preguntaron a la Presidenta Claudia Sheinbaum, su opinión sobre la ganadora del premio Nobel, se limito a decir SIN COMENTARIOS.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE
Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.