Peón memorioso

CINE LATINOAMERICANO 5

-El denominado "nuevo cine" mexicano-

Por Jorge Ramírez Pardo

Como se reiteró en entregas anteriores, el ejercicio de cineclub, contrapunto y alternativa al cine exhibido en salas comerciales, con su aspecto reflexivo y búsqueda de diversos abordajes para la factura del cine, diferentes a los estadounidenses y a los del cine industrial mexicano (denominado época de oro), aportaron elementos para nuevas propuestas locales.

 

El cine industrial mexicano declinaba, sin embargo, los directores de esa etapa, agrupados en sindicato, se oponían a la incorporación de nuevos talentos, pese incluso a la, para entonces, condición inactiva en cuantos a realización fílmica de algunos de ellos.

 

Estos fueron algunos acontecimientos por iniciativa de estudiosos del cine y jóvenes con ánimos de innovar la producción, preservación, documentación,  promoción, distribución y exhibición  fílmica en México.

 

Similar a lo acontecido en Francia, a principios de la década de los sesentas pasados, donde liderados por André Bazán en torno a la revista Chairs de Cinema (Cuadernos de cine), aún en activo, surgió el movimiento Nueva ola francesa (con realizadores connotados y entonces jóvenes como Jean-Luc Godard, Francois Trufeaut, Agnes Varda, Louis Malle, Claude Chabrol; acompañados por directores de la industria fílmica francesa como Robert Bresson, Jean Vigó y más. Equivalente a ello, en México, en torno a los cineclubes surgió la revista y grupo del mismo nombre “Nuevo cine” con tan sólo 7 ediciones.

Pero, durante su corto suceder, debatieron acerca del Neorrealismo italiano, la Nueva ola francesa, Free cinema inglés, y muchas más corrientes innovadoras en otros confines (ya se aludió a ello en pasadas entregas), la importancia del entonces denominado cine de  autor y la necesidad de renovar temáticas y obsoletas estructuras para la realización de cine mexicano.  Hubo crítica a los productores por hacer churros rápidos, generadores de ganancias, pero sin deseos de innovarse ni visión de futuro. También se cuestionó a los sindicatos preocupados por sus propios intereses, pero no de la cinematografía mexicana en conjunto,  y al Estado por un paternalismo condicionador.

 

Como grupo Nuevo Cine, sólo produjeron una película “En el balcón vacío”, dirigida por el refugiado española Jumi García Scot, a partir del guión de su esposa María Luisa Elío, quien además hace un papel protagónico, inspirado en vivencias de su infancia y juventud durante la guerra civil española

y su exilio en México.

 

En cambio, el grupo publicó en 1961 un manifiesto con participación y la firma de José de la Colina, Rafael Corkidi, Salvador Elizondo, J.M. García Ascot, Jorge Ayala Blanco, Carlos Monsiváis, Alberto, Isaac, Paul Leduc y Fernando Macotela, y el aval de genio hispano/mexicano Luis Buñuel.

 

En el manifiesto se proponen y derivan acciones como:

 

1963 la Filmoteca de la UNAM, en activo hasta la fecha y las más sólida junto con la Cineteca Nacional inaugurada en 1974

 

1964 El Centro Universitario de Estudios Cinematográficos, CUEC-UNAM, una de las escuelas más consistentes de Latinoamérica en su cometido, vigente y vital hasta la fecha con su nueva denominación y ensanchada cobertura con la denominación de Escuela Nacional de Artes Cinematográficas. De ella egresaron directores tan destacados como Jorge Fons, Jaime Humerto Hermosillo, María Novaro, Alfonso Cuarón, y han sido docentes Jorge Ayala Blanco (decano de la crítica fílmica en México), Sergio Olhovich, Juan Mora Cartlet, Antonio Eseiza, Tomás Pérez Turrent, José Rovirosa Macías, et al.

UN CONCURSO ESTRATÉGICO Y SUS REVERBERANCIAS

Además de las acciones antes mencionadas un concurso afianzó la apertura de nuevos rumbos para el cine del país. Conviene subrayar: sin recuperar desde entonces (más de sesenta años) ni se vislumbra la capacidad de producción de “cine industrial” y siempre es desigual desventaja en la promoción y exhibición ante la cuasi monopólica presencia del cine hollywoodense.

 

Esto sucedió al respecto:

 

El sindicato cinematográfico, el STPC, preocupado por la caída de la producción desde principios de la década de los años sesenta debido –además de lo ya señalado- a un retiro parcial del capital privado, anunció el Primer concurso de cine experimental en 1964 para animar a los nuevos directores.

Hubo nutrida participación, el sentido experimental de la convocatoria y la incorporación de argumentos de una también generación emergente de nuevos literatos.

 

El premio fue ganado en 1965 por Rubén Gámez con La fórmula secreta, filme en una docena de secuencias un tanto inconexas en torno a un texto de Juan Rulfo, recreado en tono declamativo por el poeta Jaime Sabines; emplea imágenes provocadoras (en tono surrealista similar al Perro andaluz de Luis Buñuel) y contrapunto musical. También se escucha  la voz de un niño que tartamudea una lección de inglés mientras se escucha la música de Vivaldi y Rossini10. La película inicia con una transfusión sanguínea con Coca-Cola y su título original era Coca-Cola en la sangre. Ese y más sarcasmos hacia el consumismo el abigarramiento del barroco religioso y la alienación del ciudadano de la calle.

 

El segundo premio para Alberto Isaac por su película En este pueblo no hay ladrones 1965, una visión del México rural representado en un pueblo; suerte de la reinvención del pueblo en el cine mexicano de género industrial donde no pasa nada o todo es comedia para analfabetos . Es a partir de un cuento de Gabriel García Márquez, quien tiene un papel en pa película a  lado de celebridades entonces o después como Luis Buñuel, Juan Rulfo, Leonora Carrington, Alberto Isaac, Carlos Monsivais, José Luis Cuevas.

 

Hubo otras películas destacadas en el certamen, como El viento distante, Trampas de amor, Amor, amor, amor, seguidas por Patsy mi amor 1969,  de Manuel Michel, debut fílmico de Ofelia Medina, quien luego refrendará su calidad histriónica y protagonista con la película El águila descalza  1971, opera prima de Alfonso Arau.

Algunos directores de la denominada época de oro, en la década hacen aportes significativos. Con Luis Buñuel a la cabeza: Nazarín 1959, Viridiana 1961, El ángel exterminador 1962, culminará su carrera en 1977 en Francia.

 

Sólo el co-guionista de Buñuel, Luis Alcoriza, se suma de lleno con las nuevas generaciones y sus búsquedas, pero durante esta etapa de transición deja tres piezas memorables, la trilogía de las “T”: Tlayucan 1962, Tiburoneros 1963, y Tarahumara 1965.

 

Hay varios directores más, destacados maquiladores de la denominada época de oro, con algunos aportes significativos en la década de los sesentas, la de transición.

Julio Bracho, La sombra del Caudillo 1960 (película prohibida durante dos décadas; al sitema no le convenía ventilar la matanza entre generales “revolucionaros” para afianzar al grupo sonorense Obregón-Calles), quien ya había obsequiado a la cinematografía dos películas magistrales Distinto amanecer 1943 y Rosenda 1948.

 

Roberto Gavaldón, Macario 1960, La Rosa Blanca 1961 (película censurada por no convenir a la imagen de Estados Unidos al mostrar los abusos criminales de las petroleras de ese país en México), Días de Otoño 1963, El gallo de oro 1964(con guión de Juan Rulfo)

 

Gilberto Martínez Solares, dirigió en esa década a Tin Tan en algunas de sus últimas películas El violetero 1960,  El duende y yo, Suicídate mi amor 1961, Tintansón Cruzoe 1965, pero lo mejor había quedado en la época industrial o dorada, con El rey del barrio en la cima.

 

Carlos Enrique Taboada, destacado maquilador de la época dorada del cine mexicano, en 1968 realiza una destacada película de terror, Hasta el viento tiene miedo, y El libro de piedra 1969, refrendadas en las siguientes décadas con Más negro que la noche 1975 y Veneno para las hadas 1986, y otros acierto no terroríficos, como Guerra Santa 1979

 

También maquiladores doradores hacen excepción en esta era de transición con:

Ismael Rodríguez (antes impulsor de Pedro Infante) Los hermanos del hierro 1961 y Ánimas Trujano 1961.

Servando González Viento negro 1965

Rogelio A. González El esqueleto de la señora Morales 1960

NOTA BENE: El diario fílmico CINECLUB enred@RTE, será explícito en reseñar y aportar ENLACES para el visionado de la mayoría de las películas citadas. En este momento despide con sus mejores películas al actor francés Alain Delón y hace memora con otros filmes para el no olvido ni repetición de la llamada Guerra sucia mexicana (1965 a 1990 y extensiones).

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JORGE RAMÍREZ PARDO

Periodista cultural y divulgador científico

galloenredarte@outlook.com

Potosino, Con estudios de Cinematografía, y de Periodismo en la UNAM. Realizador de cine. Docente en la UNAM, Colsan e ILCE/OEA y (actualmente) en el Centro Universitario de las Artes de la UASLP. Tallerista para UNAM, SEP y Unesco, en tecnológicos y universidades mexicanas, y para el ministerio de Educación de El Salvador. Productor del diario fílmico CINECLUB enred@rte.

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-en camino de reelegir a un incompetente-