Ajedrez Huasteco

Por Jesús Sierra

LA INCIPIENTE Y CORRUPTA DEMOCRACIA MEXICANA 

El domingo 2 de junio acudimos a las urnas para elegir a quienes serán los representantes del pueblo en los próximos 3 y 6 años. Volvió a ganar la transformación y a decir e interpretación de muchos, volvió a ganar AMLO. Lo que venga en los próximos 6 años, será una consecuencia buena o mala, tomada por la mayoría de los mexicanos.
Lo que resalta de esta elección no es distinto a otras que hemos vivido en México: la compra de votos. Si, de esos votos que costaron históricas luchas a través de la historia, como la del ilustre potosino Salvador Nava, y que hoy se venden por 1000 pesos, o 500, o 1500, o hasta 3500, según como lo establezca la zona del país donde se concrete la oferta y la demanda.
Cierto es que para que haya candidatos que compran votos, debe haber ciudadanos que los vendan. Señalar a quienes los compraron, debe ser igual de vergonzoso que señalar a quienes los vendieron, aunque en ambos casos, suena igual de antipatriótico. Desde hace mucho entendimos que la elección se gana con dinero y con gente, principalmente con esa gente que se dedica a “operar” como llaman elegantemente a la actividad de coaccionar a los votantes.
Desde que tengo memoria escucho que en mi país hay muchos pobres, mucha necesidad, crisis, precios altos, inflación, que han generado mucha carne de cañón para los políticos carroñeros.
No tiene la culpa el indio si no quien lo hace compadre, dice el sabio refrán mexicano. En esta sociedad de necesidades, muchos votantes que viven al día, aprovechan la oferta de los candidatos y agarran lo que les dan: dádivas y dinero, la mejor estrategia de campaña. ¿Propuestas? No, a muy pocos interesan; la verdadera rentabilidad electorera es medrar con la necesidad del votante para lo cual hay que traer dinero, y aquellos candidatos que no lo entiendan así, mejor ni se apunten.
Carlos Hank, pasó a la historia de nuestro País como un destacado político de su época. A él se le atribuye la frase “un político pobre, es un pobre político”. Durante muchos años disfrutó de las mieles del sistema político mexicano. De ser un humilde profesor, paso a ser un personaje que encontró la fórmula del éxito en la política mexicana: poder y dinero.
Hoy concluyo escribiendo que la triste realidad es que tenemos una insípida democracia que en cada elección se corrompe descaradamente. Un sistema de partidos que no le aportan absolutamente nada a la sociedad, pero que viven de ella, y una caterva de ciudadanos que cada tres años venden o compran su voto, según del lado que les toque, con tal de satisfacer sus propios intereses, pues desde hace años, olvidamos la promesa que le hicimos a nuestra Patria, de ser siempre fieles a los principios de libertad y de justicia que hacer de ella la nación Independiente, humana y generosa a la que entregamos nuestra existencia y entonces, me queda claro, nos volvimos patriotas mezquinos que solo vemos por nuestros propios intereses, y no por los de nuestra querida nación.
Así las cosas.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JESÚS SIERRA

jsierra_68@yahoo.com

Abogado por la UASLP. Experto en acceso a la información, transparencia y rendición de cuentas. Colaborador y columnista en varios medios de comunicación entre ellos Ajedrez Político SLP. Radica en Ciudad Valles, la puerta grande de la Huasteca potosina.

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