Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Los frentes de la guerra sucia

Aún persiste en mi sistema neuronal la afirmación del periodista Raymundo Riva Palacio, de que “la verdad es irrelevante”. Su fanfarronería generó un quiebre en mi acontecer cotidiano que me llevó a expandir la mirada para descubrir que en las campañas electorales 2024 estamos ante un escenario de guerra sucia orquestada por la oposición en la que intervienen diferentes frentes: la coalición de partidos políticos de la Fuerza con el Corazón: PRI, PAN y PRD, las organizaciones civiles de Claudio X González, los que aún son lenchistas en el INE, el Poder Judicial. los medios de comunicación corporativos o convencionales, los llamados intelectuales orgánicos y periodistas afamados del antiguo régimen, los oligarcas y hasta organismos y emporios periodísticos internacionales, además de la candidata Xóchitl Gálvez, entre otros.

Su estrategia  de guerra sucia son las mentiras y los chismes,  ahora cuando la verdad es irrelevante y   se puede mentir  con total impunidad  para abrir las puertas  a la manipulación y la desinformación como supuestas  “herramientas legítimas” para alcanzar objetivos políticos, lo cual  atenta contra la democracia donde la  verdad es un pilar fundamental porque sin ella  la confianza se debilita, la  realidad es  distorsionada, por eso en  el ámbito político, la verdad es esencial para que los ciudadanos puedan evaluar correctamente a los candidatos y sus propuestas para tomar decisiones informadas.

El supuesto de la irrelevancia de la verdad resulta válido para aquellos que buscan imponer sus narrativas sin importar la veracidad de los hechos, sin asumir el riesgo de que en la política y en las campañas electorales mentir es peligroso y contraproducente. En este contexto, la verdad debe ser defendida y promovida como un valor fundamental de la democracia, y los ciudadanos deben exigir transparencia y honestidad por parte de las candidatas y candidatos para garantizar un proceso electoral justo y equitativo.

Estaremos durante casi tres meses en la política de la posverdad que tiene, según el Prof. Nayef Al-Rodhan del Centro de Políticas de Seguridad de Ginebra, en su artículo, La política de la posverdad, el quinto estado y la segurización de noticias falsas, “un denominador común en todas partes: apela a las emociones y a la intuición antes que a los hechos y a las pruebas. Las noticias pueden convertirse en fenómenos virales en cuestión de horas, creando realidades alternativas y sirviendo a los propósitos de la propaganda. La expresión “noticias falsas” se ha convertido en un elemento ubicuo hasta el punto de que se utiliza de forma acusatoria para denunciar o menospreciar cualquier hecho incómodo o inconveniente. A menudo, dichas afirmaciones no se verifican y tienen escasas repercusiones para los responsables; incluso cuando quedan expuestas como mentiras claras, apenas deslegitimizan a quien las perpetró”.

Agrega que, “la posverdad prospera en un entorno muy polarizado o partidista, donde la idea de verdad ya se divide en nociones de “mi verdad contra su verdad”. Entonces, las noticias falsas refuerzan las polarizaciones políticas y sociales existentes, conduciendo a una espiral descendente que genera más divisiones e incertidumbre”

La palabra posverdad fue elegida, por el Diccionario de Oxford, como la palabra del año 2006 y la definió como las “circunstancias en que los hechos objetivos influyen menos en la formación de la opinión pública que en las referencias a emociones y a creencias personales”.  Stven Forti destaca que. según “Lee McIntyre, la posverdad no es tanto la afirmación de que la verdad no existe, sino la de que los hechos están subordinados a nuestro punto de vista político”. En ese sentido, es viable considerar que la Coalición Fuerza con el Corazón pretende insertar en el imaginario colectivo una realidad alterna basada en puntos de vista políticos que en su mayoría son mentiras.

El pasado viernes, Riva Palacio, reafirmó su  visión  de la irrelevancia de la verdad al defender, en su columna de opinión, Estrictamente Personal,  al cada vez más desprestigiado asesor político;  Jorge Castañeda, quien recomendó en un programa de televisa que,  ”Es la guerra sucia, pero sucia en serio, contra Claudia (Sheinbaum), no es que yo recomiende que lo hagan… pero me parece lógico… con investigación de oposición, con chismes, con todo, no lo están haciendo, me dicen a mi que el PRI no quiere… si no lo hace de aquí a una par de semanas, tres semanas, ya no lo hicieron”

Riva Palacio considera que se trata de un argumento que es correcto porque “desde hace mucho tiempo, ‘chismes’ y ‘guerras sucias’ han sido utilizadas por los políticos en el mundo para obtener ventajas…Puede gustar el recurso o no, pero sólo los hipócritas, los ingenuos o quienes temen a esa estrategia pueden sorprenderse del planteamiento”. Es decir, resulta valido mentir porque otros mienten e infiere que  el temor a la mentira es de los tontos porque el fin justifica los medios.  Esto es una falacia escrita con la arrogancia de quien se cierra a considerar que el empleo de la mentira no debe ser justificado ni tolerado en una sociedad democrática y ética.

Chismes y guerras sucias conllevan el riesgo de desinformar al electorado y distorsionar el debate público, fomenta un clima de desconfianza y polarización en la sociedad, debilita la credibilidad de las instituciones políticas y la confianza de los ciudadanos sobre procesos electorales. En lugar de promover un debate constructivo sobre los problemas y desafíos que enfrenta una sociedad, estas estrategias alimentan la confrontación y el antagonismo entre los diferentes actores políticos. Tolerar el uso de chismes y guerras sucias en la política atenta contra los principios fundamentales de la ética. Los candidatos tienen la responsabilidad de representar los intereses de sus ciudadanos de manera honesta y transparente por lo que recurrir a tácticas deshonestas y manipuladoras contradice estos valores fundamentales.

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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