Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

En vida fue un corrupto

El 20 de febrero del 2019, en los tiempos de la cuarta transformación, senadores del Partido Movimiento Ciudadano, interpusieron una denuncia en contra de Carlos Romero Deschamps, quien todavía era dirigente del Sindicato de Trabajadores de Petróleos Mexicanos (STPRM). Los legisladores Verónica Delgadillo y Samuel García acudieron a las instalaciones de la fiscalía general de la República para acusar al líder priista de un total de 11 delitos: robo de combustible, secuestro, venta de plazas, desvío de recursos, enriquecimiento ilícito, delincuencia organizada, operación con recursos ilícitos, evasión y defraudación fiscal, peculado y nepotismo.

Durante la presentación de la denuncia, La senadora de MC, Verónica Delgadillo afirmó que “el mayor “símbolo de corrupción de la petrolera es Romero Deschamps. "Ha estado al frente del sindicato, ha sido cómplice de delitos vergonzosos como el Pemexgate y nada ha pasado. Los gobiernos no han actuado, pareciera que lo defienden, pareciera que lo protegen", enfatizó que, “si este gobierno realmente quiere combatir el huachicol en nuestro país y quieren desmantelar la red de corrupción que hay, lo fundamental es que personas como Carlos Romero Deschamps se enfrenten a la justicia".

“Hay fácil tres delitos con los que podrían consignarlo y meterlo en la cárcel: delincuencia organizada, robo de hidrocarburos, lavado de dinero, venta de plazas en el sindicato, defraudación y discrepancias fiscales. Es el padrino del huachicol, reúne casi todos los delitos graves". La denuncia no prosperó y el pasado jueves 19 de octubre, falleció Romero Deschamps, logrando evadir a la justicia. Su historia de vida, a manera de ejemplo, será siempre recordada cómo un hombre corrupto asociado a los políticos para saciar sus apetitos de poder, de dinero, de lujos, es decir, un crápula del sindicalismo mexicano.

 

En el ahora, durante una reunión de los líderes de las grandes centrales de trabajadores que se llevó a cabo el pasado mes de mayo. Ricardo Aldana, secretario general del STPRM, afirmo que “no hay ningún problema con el ejecutivo federal, estamos perfectos”.  La retórica del líder sindical quizá  intentó persuadir a los asistentes con la idea de que son tiempos sin complicaciones y   de que la nueva  historia del sindicato de los petroleros comienza con su dirigencia, pero sucede que no, ya que persisten las formas de ejercer  el poder sindical al estilo del finado Carlos Romero Deschamps, las cuales describió atinadamente el Mtro. Alfonso Zárate Flores, en ocasión del 6° Ciclo de Conferencias, en el marco del 50° Aniversario del Tribunal Federal de Conciliación y Arbitraje,  y que a continuación comparto.

El patrimonialismo del líder que, aprovecha los recursos de la organización como botín personal, el nepotismo para la repartición de beneficios entre los miembros de su familia, la inseguridad, la cual supera rodeándose de aduladores para fortalecer su condición de líder, la simulación de que el líder no ambiciona el poder, sino el aparato que acompaña a los poderosos. Otra y de las más relevantes, el caudillismo sobre la institucionalidad como cimiento fundamental de los grupos políticos, pero que no significa el respeto a la institución y sus normas o estatutos, sino la complicidad y la aceptación   sin crítica a la línea del jefe; en pocas palabras, las órdenes del líder se acatan, no se cuestionan ni se discuten.

Para acrecentar su autoridad, el líder suele hacer patente su desprecio por el sentir de los trabajadores. Cuando hay un asunto urgente, según la opinión del líder y que no necesariamente puede ser importante, hay que echarle montón y todos tienen que concurrir, independientemente de que sepan o no de que se trata. La improvisación, el líder no necesita preparar nada porque puede salir adelante ante cualquier situación. No necesita nada, ni diagnósticos, ni guías temáticas, ni tarjetas, nada; con su experiencia basta y sobra. El líder es un subordinado sumiso ante los poderes públicos, pero despótico hacia sus compañeros, así sean los miembros del comité ejecutivo a los que no trata como dirigentes, sino como empleados.

El líder tradicional es incapaz para conducir con visión estratégica, siempre está atrapado por la coyuntura, se resiste al cambio y piensa que el camino al éxito es lo que aprendió en su carrera hacia el poder, considera que no hay más que repetir acríticamente los viejos usos porque si funcionaron antes, no tienen por qué no funcionar aun ahora que murió Carlos Antonio Romero Deschamps, a la edad de 79 años. Oriundo de Tampico, Tamaulipas, Romero fue líder del Sindicato de Trabajadores Petroleros de la República Mexicana de 1993 hasta el 16 de octubre de 2019. Durante ese periodo, el difunto líder generó polémica sobre su enriquecimiento.

Su vida cambió en el mes de enero de 1989, a unos cuantos días de la toma de protesta de Carlos Salinas, como presidente de la república, cuando elementos del ejército mexicano aprehendieron a Joaquín Hernández Galicia, alias ‘La Quina', en Ciudad Madero, Tamaulipas, acusado de haber cometido homicidio y acopio ilegal de armas de fuego y permaneció casi 10 años en prisión. Tras la destitución de Hernández Galicia, Carlos Romero Deschamps asumió a la dirigencia del STPRM y estuvo al frente de 1993 hasta su renuncia el 16 de octubre de 2019, siempre respaldado por el PRI.

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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