Peón memorioso

FIN DEL CICLO

Por Socorro Ruiz

Peón memorioso hoy sede su espacio al texto leído hace una semana durante el homenaje a la memoria del fotoreportero Antonio Vallejo:

 

Barrio de San Miguelito, San Luis Potosí, SLP, México a 2 de abril 2024.- Lo primero que conocí de ti fue esa idea del café galería y ese nombre tan sugerente y tan… Digamos, de protesta, seductor y evocador de la Cuba libre que las chavas y los chavos de entonces, anhelábamos conocer; El Tropicana… La idea me parecía tan adecuada a la revolución que deseaba se desatara en mi interior, repleto de dudas existenciales, pero ya con un trabajo de oficina, de esos de 8 a 3.

 

Eran los 90's y ya era comunicóloga de la Autónoma, así que, por decirlo de alguna manera, me sentía merecedora de ver, aunque fuera de lejos, a los verdaderos periodistas, los analistas políticos, a los artistas alternativos, a los reporteros gráficos; los fotógrafos de blanco y negro como yo les llamaba… Recuerdo los olores de esa primera vez en el Tropicana; a frutas, a humedad, al emparedado de masa madre que decían era saludable - a decir verdad no era de mi agrado del todo- recuerdo el blanco y negro de las fotos en la paredes, del espacio diminuto pero gigante al mismo tiempo por su valor artístico, de tu galería, las fotos de los artistas que nos acercaste, tus fotografías…las fotos del flaco, alto y  de pelo rizado.

 

En ese lugar, en esa primera vez, me reuní con lideresas de  movimientos sociales emergentes – hoy por cierto y desde hace tiempo, funcionarias públicas, así que no las mencionaré para no recordarles su pasado- en ese local a un costado de la Plaza del Carmen en nuestro centro histórico o histérico según fuera el caso, te vi y alguien, no recuerdo quien, te llamó el Chino Tropicana y así quedaste grabado en mi percepción y así te llamé, hasta que por un pase mágico de mi destino, empecé a conocer a Mi Toño, y tú a tu Coco, así me llamaste, con ese cariño tan natural que se daba en ti, aunque debo decirlo tampoco me escapé de tu cotorreo  característico, razón por la que te mostré mi mal genio más de una vez.

 

El tiempo me acercó al fotógrafo de blanco y negro, al artista, al periodista, al promotor cultural, pero sobre todo, y lo agradezco, me acercó al amigo, un buen amigo  donde siempre encontré primero que todo, ese cariño especial y sincero que, reitero, brindabas generosamente, con una comunicación intermitente, es cierto, quiero decir que tardé un poco en darme cuenta de tu mal de oído y ese tiempo me mortifiqué por no entenderte del todo y que el que no me entendieras, ya sabes, cosas de la ansiedad que aún conservo.

 

Podría decir muchas cosas de la importancia de haber formado parte de Metrópolis, es uno de los puntos importantes de mi vida, pero quiero rescatar, por cuestiones de tiempo y respeto a todos los que me escuchan ahora, solo el hecho de la enorme oportunidad de conocerte mi Toño, de a través de ti conocer y acercarme más a mis amigos de antes, a los que redescubrí, y a quienes tuve la fortuna de conocer en ese tiempo y conservo y están aquí  hoy por gracia divina y por ti; esas horas, casi siempre de madrugada, en la casita sede de Metrópolis, contribuyendo a la memoria de los hechos, sintiéndome periodista, cuando ya andaba el camino godinezco del servicio público estatal, significan para mi una pate, reitero, esencial de mi vida; me encomendaste en un trayecto de esa experiencia, la Coordinación de la Sección Cultural y algunos de mis trabajos fueron la contraportada del semanario, esto nunca te lo dije, pero a veces no entendía y me asustaba, como era que podías confiar de esa manera en mí…

 

Fuiste Toño, y hoy lo corroboro, el eslabón que une este cadena, es cierto y esto se va a oír a reclamo, para que se ponga el saco, a quien le quede; perdimos las oportunidades de reunirnos, imaginé cada vez que lo platicábamos por el mensajero del Facebook  - y no frente a frente, con chocolates de figuritas de la Costanzo y café negro, como lo hicimos algunas veces- que eso significaba la nueva oportunidad de volver a emprender un proyecto juntos, no se dio, no se pudo.

 

Hoy quiero disculparme mi Toño, me sentí sobrada de tiempo, olvidé que el tiempo es como el incendio de un bosque…  Pasaron muchos años y no pregunté cómo estabas, no te di seguimiento, imaginé que el encuentro se daría en algún momento… No supe de tu enfermedad…

 

Hoy al fin de cuentas, nos reuniste. Como antes, aquí estamos mi Toño, añorando los tiempos vividos, como te dije varias veces en esas pláticas distantes; ahora sí insistiré…Hablaré con los muchachos, a ver si nos juntamos, lo seguiré buscando y sin duda, tú mi Toño,  seguirás siendo el motivo; el eslabón que nos une…en eso confío.   

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JORGE RAMÍREZ PARDO

Periodista cultural y divulgador científico

Potosino, Con estudios de Cinematografía, y de Periodismo en la UNAM. Realizador de cine. Docente en la UNAM, Colsan e ILCE/OEA y (actualmente) en el Centro Universitario de las Artes de la UASLP. Tallerista para UNAM, SEP y Unesco, en tecnológicos y universidades mexicanas, y para el ministerio de Educación de El Salvador. Productor del diario fílmico CINECLUB enred@rte.

UASLP AUTODESRTUCTIVA Y ENDÓGENA

-en camino de reelegir a un incompetente-