Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Las Mañaneras no se tocan

El Consejo General del Instituto Nacional Electoral (INE), rechazó suspender las mañaneras del presidente Andrés Manuel López Obrador, luego de una queja, emitida por la candidata presidencial de la alianza PAN-PRI-PRD, Xóchitl Gálvez, en el sentido de que generan inequidad en la contienda presidencial. Para  las emociones  de los que se lamentan cada mañana  debido al  modelo de comunicación política del gobierno federal, resulta pertinente revisar lo acontecido en este tenor durante el pasado reciente: 

Con el modelo económico neoliberal mexicano, los medios de comunicación corporativos, luego de estar supeditados al poder político se convirtieron en empresas poderosas en la formación de la opinión pública de los mexicanos en el marco de un  supuesto escenario de democratización de la información  que dio lugar a un nuevo modelo de comunicación política que, desde la perspectiva del sociólogo francés Dominique Wolton, "es el espacio en el que se intercambian los discursos contradictorios de los tres actores que tienen legitimidad para expresarse públicamente sobre política, y que son los políticos, los periodistas y los encuestadores que miden la opinión pública”.

En el caso de México, cada uno con intereses propios en el ámbito de intercambio de información política para  legitimar el  ideario político de la clase dominante y para configurar  el discurso social hegemónico, a tal punto que intentan imponer lo que se debe pensar o sentir, así el poder de los medios de comunicación masiva se alimentan de la despolitización del individuo.

Oniel Francisco Díaz Jiménez, Obed Ramos Ortega y José Ramiro Meza Hernández, autores del artículo: Los efectos de la comunicación presidencial en la confianza en las instituciones políticas y las noticias de los medios en las elecciones intermedias de 2021, presentan una reseña por demás pertinente de la comunicación política de los presidentes del régimen prianista neoliberal donde  describen que “los cuestionados resultados de las elecciones de 1988, Carlos Salinas de Gortari, tuvo que usar la comunicación presidencial de manera estratégica para convencer a los ciudadanos mexicanos de que era un presidente legítimo y que tenía la capacidad para emprender con éxito los cambios en el esquema económico, que llevarían a México a la adopción de un modelo de libre mercado. Otro momento importante de la comunicación presidencial en México ocurrió durante el mandato de Ernesto Zedillo, cuando se pasó de un modelo en el que en la residencia presidencial de Los Pinos se marcaban las pautas de interacción con los medios, a otro; en el que los reporteros preguntaban y escuchaban respuestas del presidente mismo”.

“Posteriormente, con la alternancia política en el año 2000, el entonces presidente, Vicente Fox, nombró a un coordinador de Comunicación Social quien se encargaría de transmitir su mensaje político y mantener un importante diálogo tanto con los medios de comunicación, como con el público, dando relevancia la figura del vocero oficial de la presidencia y contando con diversos especialistas en comunicación. Para el año 2006,  las prioridades de comunicación  de Felipe Calderón  diferían significativamente de las de su antecesor. El nuevo mandatario centró la agenda y la comunicación de su gobierno en la llamada guerra contra el crimen con el fin de legitimar su cuestionado triunfo en la elección presidencial, cambiando significativamente las reglas en la relación de su administración con la prensa. En este escenario, la comunicación presidencial fue una variable relevante que influyó significativamente en los niveles de aprobación del trabajo del presidente en materia de seguridad”.

Agregan que “posteriormente, en el año 2012, el expresidente Enrique Peña Nieto cambió la estrategia para establecer, de manera inicial, una comunicación política basada en la difusión permanente de las líneas de acción que conformarían el eje central de su administración, tales como la inclusión social, la educación, y el crecimiento económico sostenido con base en el llamado Pacto por México entre su gobierno y la oposición. Contrario a lo realizado por sus antecesores, Peña Nieto intentó crearse una imagen de presidente llevaría a México al progreso, generando altas expectativas entre la población. Sin embargo, conforme fue avanzando el sexenio, su equipo mostró falta de capacidad para comunicar los escasos logros conseguidos con las reformas estructurales del Pacto por México y no fue capaz de manejar exitosamente los numerosos escándalos y crisis de comunicación de su gobierno lo que contribuyó al fuerte declive en los niveles de aprobación del mandatario entre la población, generando una imagen en la que parecía estar cada vez más alejado de la sociedad”.

En el actual gobierno del presidente López Obrador, la comunicación presidencial está enfocada a un proyecto de democratización de la comunicación política que ha disminuido el ejercicio periodístico de los medios de comunicación corporativos. Andrea Fernanda Nenetzin Turri, considera que “los intereses de los medios, como poderes fácticos, se han visto obstaculizados por el papel que cobra la  Conferencia Mañanera como fuente de información y el consecuente empoderamiento de la ciudadanía, ya no sólo como audiencia, sino como fuente de opinión con medios para difundir la información”.

En este contexto, el impacto de las conferencias matutinas ha transformado la politización de la ciudadanía y ha promovido el desarrollo del pensamiento crítico para cuestionar la información que se consume mediante la identificación de posibles sesgos, falacias, o manipulaciones retóricas que buscan distorsionar la verdad de hechos. El pensamiento crítico es esencial para navegar con éxito el ecosistema mediático actual, en tal medida, que los ciudadanos puedan ser consumidores de información más conscientes y responsables, capaces de discernir la verdad en medio del ruido mediático para defender la verdad y la integridad informativa.

La política de comunicación del gobierno de Andrés Manuel López Obrador es relevante como ejercicio de diálogo circular entre el gobierno, la sociedad y los medios de comunicación.  Las mañaneras constituyen un espacio de comunicación activa y novedosa que rompe con la relación que ha existido históricamente entre los medios de comunicación y los actores políticos.  Se trata de un modelo de comunicación directa con la ciudadanía para explicar las acciones gubernamentales sin el filtro de las líneas editoriales.

Es decir, un  espacio que  favorece la formación de criterios de la ciudadanía para la comprensión de la política y  que se contrapone a los negocios basados en el manejo de información por parte de los medios de comunicación corporativos que. durante el presente periodo gubernamental insisten en desprestigiar el sentido democrático y plural de las conferencias mañaneras con supuestos falsos de que son espacios de manipulación de la información y de censura. Lo cierto es que las Mañaneras son un escenario fértil para la democratización de la comunicación política y por lo tanto no se tocan, sobre todo por las quejas de una candidata de evidente ignorancia política.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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