Caballo Cultural
EL CORRIDO MEXICANO
Por Pedro Félix Gutiérrez
El 20 de Noviembre se celebró el Aniversario 114 del inicio de la Revolución Mexicana y conviene recordar los corridos mexicanos que narraban las aventuras o desdichas de la gente del pueblo a manera de coplas (cuatro versos octosílabos). Herederos de los romances cantados propios de Andalucía, fueron muy populares durante las guerras con Estados Unidos (1846-1847).
Hasta el último cuarto del Siglo XXI, el historiador Ricardo Pérez Montfort, en su libro “Expresiones populares y estereotipos culturales en México/ Siglos XIX y XX/ Diez ensayos”, el corrido mexicano entró en un momento que sería identificado como de su "hegemonía" o "el clima de su plenitud” como seccionador y noticiero musical, canto las glorias de los rebeldes al régimen del porfiriato -aunque no dejó en sus alabanzas al poderoso-, impresos en hojas de papel de china, la mayoría de los corridos se referían a los acontecimientos que despertaban el interés popular, sino es que el morbo y el asombro ante todo aquello que alteraba la cotidianidad. Por ejemplo, el corrido de Jesús Cadena.
Durante la Revolución Mexicana los corridos cumplieron dos funciones para una población de mayoría analfabeta: informar y divertir. A través de ellos la gente se enteró de eventos sociales, posturas políticas y hazañas de personajes como Macario Romero, Juan Alvarado, Valentín Mancera y Demetrio Jáuregui, héroes populares de distintas zonas del país que combatieron las injusticias previo a la insurrección generalizada de la primera década del Siglo XX.
Si bien las heroínas de las tragedias, "mañanas" o "bolas surtidas" -no solían ser personajes de la historia nacional-, los corridos mantuvieron informada a buena parte de la población mexicana de éstos personajes todos ellos más o menos ligados a regiones relativamente limitadas y a una serie de hazañas rebeldes poco comunes.
Los corridos se convirtieron a si en un elemento inseparable de la mitología regional al cantar versos que describían actitudes francamente rebeldes -cuando no plagadas de franca fanfarroneria-, elevando a sus protagonistas a la condición de héroes populares y mitos regionales, quizá como portavoces de su condición miserable o tal vez como un desahogo frente a la imposibilidad de un cambio. Los corridos supieron interpretar una actitud que ya dejaba de ser un secreto a voces para convertirse en una realidad social en un despertar de esa naturaleza.
Uno de los mejores ejemplos de lírica de resistencia prerevolucionaria son tal vez, los versos dedicados a Heraclio Bernal, “bandido generoso” de Sinaloa, que dicen así:
Heraclio Bernal reía,
al ver que Porfirio Díaz,
para él sólo y sus amigos
mandaba la artillería (...)
a Heraclio Bernal de pie.
Nunca le faltó valor,
aunque de México venga.
Todo el veinte batallón (...)
La pistola de Bernal,
le brillaba con la luna.
El corrido revolucionario es una realidad histórica y poética que se separa de todo linaje para convertirse en epopeya; merece que se le considere como una expresión no sólo nacional sino popular. Así pues Revolución y Corrido se fueron convirtiendo en un binomio prácticamente inseparable que ayudó a crear una imagen y estereotipos del movimiento armado y de su clásica expresión lírica y musical:
Obregón comió tranquilo
En el tráfico banquete
Sin saber que ya el destino
Le preparaba la muerte...
El corrido entró en franca decadencia de 1930 a 1940. En la pantalla grande los corridos se convirtieron en la “música típica de la Revolución"; después de una batalla, un cancionero anónimo cantaba “La Adelita":
En lo alto de una abrupta serranía
Acampado se encontraba un regimiento...
También como esta de trenes:
El corrido del ataque a pedernales,
retirada de Carranza,
Combates de Apizaco,
San Marcos y la Rinconada,
la huelga de Nueva Rosita
La Rielera: "Yo soy rielera tengo a mi Juan...". Hay corridos que representan a la Revolución Mexicana como: El corrido de Pascual Orozco; El mayor de los dorados; México; Febrero 23; El siete leguas; Corrido de Durango; Treinta treinta; Yo no vengo a ver si puedo sino porque puedo vengo; La traición de Guajardo; La rielera; La muerte de Francisco Villa; Los crímenes de Huerta; El sitio de Tlaltizapán; Los combates de Celaya; El corrido de la muerte de Zapata; Las soldaderas tienen también su sitio; La Adelita; La Valentina y la Joaquinita, entre otros..
Hubo piezas teatrales del género chico que en carpas y teatros de barriada se llevaron a cabo en funciones o tandas la música que acompañaban a esos teatreros eran los corridos, los cumples, valses, el Foxtrot y el chotis así como la canción mexicana el obras como El Tenorio maderista; El país de la metralla; Su majestad el hambre; El Chanchito; México en cinta y Pancho Villa en La Habana.
Alegraron todo ese repertorio cultural y popular con sus creaciones los maestros Manuel M. Ponce, Ignacio Fernández Esperón, Alfonso Esparza, Lauro D. Uranga, Felipe Llera, Mario Talavera y Miguel Lerdo de Tejada. La bibliografía sobre el tema es amplia. Aquí los títulos más difundidos:
La Revolución Mexicana en base a sus Corridos, de Vicente T. Mendoza, editorial INEHERM,1956; Corridos de la Revolución Mexicana de Jesús Romero Flores, 1941; Expresiones populares y estereotipos culturales en México, Siglos XIX Y XX; Diez Ensayos, Centro de Estudios Superiores en Antropología Social (2007) 324 páginas; Espuma y Flor de Corridos Mexicanos, editorial Porrúa, México, 1970; La Revolución Mexicana a través de sus Corridos Populares, 2 tomos; INEHERM, México, 1972; Batallas de la Revolución y sus Corridos, editorial Porrúa, México, 1972; Así cantaban La Revolución, Catalina H. de Giménez, CONACULTA, Grijalbo, México, 1990; Cancionero Folklórico de México, Margot Frank Alatorre, Colmex, 1975-1985; El Caballo y la Pistola, Motivos en el Corrido de la Revolución, de Literaturas Populares, año 2001, UNAM, México, págs. 94-115; Los Corridos de la Capital, CONACULTA, México. 2001 y El Corrido Mexicano, FCE, México, 1954.
Ver y enseñar a ver para dejar atrás la infancia espiritual.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.
Es académico investigador por la UASLP la cual ha publicado sus libros es considerado buen escritor y poeta sus columnas periodísticas son culturales