Caballo Cultural
Por Pedro Félix Gutiérrez
VIEJA FRANCIA
Fue en la prepa le decíamos “la madmoiselle”, nos entrenaba en francés -que no era obligado-, como ahora lo es el gringo. Era decirle a las chavas “je t’aime” -con tono gutural-, para que supieran que las amabas, aunque con un sesgo diferente. Se levantaba la masculinidad con estos escarceos.
Ahora sabemos que en ese lugar el amor y el sexo se practican con particular alegría. Cada francés tiene un amante y la esposa lo soporta porque ellas también. En el remoto saber de la historia, reconocemos que el Dr. Joseph Ignace Guillotin, “el Dr. Guillotina”, fue un médico y diputado francés. Su nombre se asocia a la invención del famoso dispositivo mecánico para ejecutar a condenados a muerte cortándoles la cabea con la enorme navaja, pero realmente él no fue su inventor, pero sí propuso su utlilización en Francia. Con ese temido artefacto, el más afilado de las rasuradoras de hombres y mujeres, degollaron al rey Luis XVI.
Nos recuerda el “rey sol” que junto con María Antonieta dominaron territorios donde jamás se ponía el sol, pensamiento hegemónico de la época. Los Luises acabaron como terminan todos los monárquicos, en el cesto de la basura, pero el pueblo revienta. Aún así Humboldt que -ya lo dijimos-, habló de las riquezas de la nueva España y Napoleón -que las invadió por ahí de 1808-, se interesó de más y como no lo querían allá apoyo acá sin reservas la Independencia de México.
Abandonada la patria por españoles y mexicanos de la época, a la fuerza, los intereses de Inglaterra y Francia trataron de resolverse con la Guerra de los Pasteles. Aún así la ilustración y las acciones libertarias concentradas en la frase Liberté, Égalité, Fraternité (Libertad, Igualdad y Fraternidad), aún no encuentran eco en nuestros países americanos a pesar de las firmas que convenian los derechos humanos.
Por supuesto que la práctica de la sexualidad sin inhibiciones, adornada con flores, vino quesos y música deleita. Muchos rusos abrevaron aquí comportamientos elegantes. El porfirismo adoptó estás formas y con ello el positivismo que Estrada trajo a México.
Madero estudio allá en la vieja Francia con Allan Kardec el espiritismo que invadió las formas de razonar y pensar en los principios del siglo XX, desde donde lanza su libro La Sucesión Presidencial en México. Si alguien era guerrero en el país era Porfirio Díaz que en la Batalla de Puebla venció a los franceses junto al General Ignacio Zaragoza.
Cosas veredes Sancho que no crederes. Luego el porfirismo creo en el país toda una influencia de cultura que se tradujo en arquitectura y formas de pensar, ser y vestir. El liberalismo del siglo XXI, el afrancesamiento de México.
Y repasando el asunto, sabemos de la influencia de Cézanne -padre de la pintura moderna-, en Diego Rivera -padre del muralismo mexicano-; de cómo Rufino Tamayo copió a Henri Matisse en los colores y de la influencia de Paul Gauguin en Ramón Martínez Clausell y sus marinas influenciadas por Claude Monet. Y cuando vaya a París encontrará en el metro dede una vuelta por ahí -creo Estación 14-, un mural de ricas expresiones mexicanas.
Por supuesto escritores como Octavio Paz y Carlos Fuentes ahí vinieron parte de su historia. Pasear por el Sena y recorrer Montmartre es indispensable; ir al Museo de Louvre y visitar el famoso Arco del Triunfo que victorió a Charles de Gaulle, presidente de Francia, que visitó México como héroe de la Segunda Guerra Mundial. ¿Para qué recordar la Línea Maginot y su fracaso ante la invasión alemana que les llegó por detrás?
Los desechos y conflictuados monárquicos, con comerciantes y clero, en tres años perdieron en el Cerro de las Campanas en Querétaro, pero la desición se tomó en San Luis Potosí con Benito Juárez a la cabeza. A pesar de ser hermanos de logia, los cantos de lágrimas y dinero que realizó la princesa Salm Salm, gringa texana -que por matrimonio adquirió título nobiliario-, no conmovieron al Benemérito y se definió la República fusilando a Maximiliano, a Miramón y a Mejía. ¡Cómo no recordar a mi cuate Fernando del Paso y su libro Noticias del Imperio!
Porque la vieja Francia regresa a México con otros ojos y beso de cachetito que ahora los mexicanos usamos para saludar y que Peña Nieto recibió como práctica cultural. A mí me gusta Lyon, luego explico por qué.
Sabemos de sus guerras, de sus deseos y aspiraciones. Bernardo Bertolucci nos regala El último tango en París, protagonizada por Marlon Brando, que retrata a un estadounidense recién enviudado que inicia una relación sexual anónima con una joven parisina, con la riquísima Maria Schneider. La escena de la mantequilla es memorable. Y Fausto Cantú Peña, director de Omecafe cierra el Moulin Rouge para beber vine rouge y champagne, para ellos sólo borrachos y prepotentes el echeverrismo de los setenta.
La neta a mí me gusta visitar un cafecito cuando voy a París e, impregnado de historia. Recuerdo como Thomas Jefferson, presidente de los Estados Unidos de América, les compro todo Louisiana para tener salida al mar. Pruebo un baguette y bebo vino rojo y sé como se adueñaron de Canadá, también su guerra con Indochina, del militarismo de las tropas del desierto y la legión extranjera.
Y cómo Antoine de Saint-Exupéry, piloto aviador, no logró congeniar con Charles de Gaulle y se refugió en Argentina de donde salió El principito y Vol de nuit, uno de sus libros más exquisitos.
Emocionado en este paseo sabemos de la ciencia y el arte de ese país y de sus muchachas guapas y atractivas, féminas. Acá te dicen: “Sabes Pedro, me case con un francés, es mecánico” y ¡agh!, se te arruga el estómago.
Han venido a México varios presidentes franceses menos Nicolas Sarcozy que se conclictuó con Felipe Calderón por el affaire de Florence Cassez, que fue todo un dolor de cabeza en las relaciones de ambos países y que gracias a eso se interrumpió la muestra cultural de México más importante y completa en Francia. Sarcozy vio a su esposa completamente desnuda en uno de los salones de palacio y miles de sitios en la red.
¡Vaya, Viene la reconquista! El petróleo atrae y sabemos que la torre Eiffel fue vendida en decreto cuatro veces, que el amor son las incomparables canciones de Charles Aznavour; las que motivan Édith Piaf son inamovibles y recomendables, más las baguettes de la mañana con desnudos femeninos y un buen vino rojo, acompañado de manzanas y queso brie en la bohemia, así como lo pidió Luis XVI como último deseo antes de ser degollado. Todo es para conversar, vivir y recordar. René Descartes, Juana de Arco, Cézanne, Monet, Balzac, Gauguin, Cocteau, Julio Verne, Proust, Rimbaud, Sade, Voltaire y Rousseau son imprescindibles, entre muchos otros.
Ver y enseñar a ver para dejar atrás la infancia espiritual ahora que nuestro amigo Enrique Márquez Jaramillo anda por allá y nos motiva.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.
Es académico investigador por la UASLP la cual ha publicado sus libros es considerado buen escritor y poeta sus columnas periodísticas son culturales