El Alfil Negro
EL MÉXICO DE LA GENTE AGRAVIADA

Por Jesús Sierra
Setecientos cincuenta pesos por acudir al concierto de Marilyn Manson, en viaje redondo desde la puerta grande de la huasteca potosina. Así vimos promocionales durante la semana que pasó, pues incluso en esta parte del estado potosino, hubo interés por acudir al concierto del controversial cantante, vaya pues, también tenemos nuestro corazoncito rocanrolero.
Firmas de apoyo en contra del concierto, declaraciones de oposición y bueno, la gran reflexión: ¿Qué no andábamos en esta sociedad en modo respeto a las ideas de los demás? ¿Qué no andábamos en pleitos por la defensa de las libertades personales? Ah que caray, pues entonces, somos o no somos.
Al final del asunto, me parece que la libertad está garantizada, aún, para todas las personas, y el libre albedrio nos da la capacidad de decidir si queremos o no, acudir a un concierto, del cantante que me digan, o de la música de que se trate, lo demás, es lo de menos.
A quien esto les escribe, no le queda claro cómo es que esta sociedad levanta la voz en contra de la presentación de un cantante, a los que, por cierto, a muchos les gusta su estilo de hacer música o entonar canciones, y no la levanta en contra de los abusos institucionales, de la corrupción, de la inseguridad, de los excesos de algunos políticos, de la incesante y repetitiva intención de votar por los mismos de siempre buscando los mismos cargos públicos de siempre, de la crisis económica que a todos nos duele, de la grave carestía de los productos básicos, de la gasolina cara, de la incertidumbre que sufren miles de familias como consecuencia de trabajos inestables y mal pagados, de las desapariciones y las fosas clandestinas, de las calles destruidas por haber sido revestidas con materiales chafas, de los recibos de luz que cada vez son más caros, de la falta de medicinas en los hospitales, de las calles oscuras por las que muchos ciudadanos caminan, y, en suma, como bien lo destacó Luis Donaldo Colosio hace 31 años, del hambre ya la sed de justicia:
Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.
Parece que hay cosas mucho más importantes que atender en esta sociedad, que ocuparse de un concierto al que cada quien tiene la libertad de decidir si va, o no va.
Así las cosas.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

RAMÓN ORTIZ AGUIRRE
Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.