El alfil negro
Por Ramón Ortiz Aguirre
Delincuencia Derramada
“virum bonum natura non ordo fácit”
(Es la naturaleza, no la clase social la que hace al hombre honrado)
Hace unos días sucedió un acto delictivo que recibió mínimo interés por parte de las autoridades y sólo poquísimos medios de comunicación le dedicaron una pequeña nota, sin mencionarlo otra vez. Algunos lectores podrían reclamarme: “Para qué recordar lo que pasó, si no nos afectó a nosotros”. La verdad es que sí nos afecta, y mucho, no porque a nosotros nos atacaran de forma directa, sino porque se ha establecido un antecedente peligroso, y los delincuentes, al ver que las autoridades no actúan, lo van a repetir hasta el cansancio.
A la altura de la comunidad de Derramaderos, en el municipio de Mezquitic de Carmona, el conductor de un tráiler que transportaba mercancías decidió estacionarse en lo que él consideró un lugar seguro. Era un espacio donde no había riesgo de afectar el tráfico, ni cabía el peligro de robo de la unidad, problema que se presenta en diferentes carreteras del país. Sin embargo, a pesar de la confianza del chófer, mayúscula fue su sorpresa cuando vio que varias camionetas, con una considerable cantidad de personas comenzaron a llegar hasta el lugar bloqueando todas las posibles vías de escape.
Varios individuos bajaron de las camionetas y con pinzas de la llamadas cizallas, cortaron los candados de la caja del tráiler, dando comienzo al atraco de una forma coordinada. Podría considerarse, incluso, que fue ensayada, pues formaron una cadena humana a través de la que pasaron las cajas que contenían alimentos y bebidas; luego cargaron camioneta por camioneta, mientras el afectado llamaba por su celular a la policía que nunca se presentó. Como era imposible hacerle frente al grupo de delincuentes conformado por hombres, mujeres y niños, por el hombre dejó que se llevaran toda la carga. Más valía su seguridad personal.
Este hecho que parece aislado es una manifestación de una delincuencia creciente y que ya está más allá de las manos de los cárteles. Se trató del acto de pillería de miembros de una comunidad, quienes conscientemente tomaron la decisión de apropiarse de lo que no les pertenece, escudados en que las autoridades no los van a tocar y que de seguro el camionero cuenta con un seguro.
En cierta forma, ya estamos acostumbrados a la rapiña que se presenta cada vez que ocurre un accidente en las carreteras, cuando de pronto, y aparentemente de la nada, surgen hordas de saqueadores que se llevan todo lo que es posible de robarse, sin siquiera brindar auxilio a los conductores accidentados. Pero ahora la rapiña sucede sin que medie un accidente, simple y sencillamente porque se les antoja robar.
Lo sucedido en Derramaderos, nos habla de una acción coordinada y hasta ensayada para poder actuar con rapidez y plena impunidad, lo que indica muy penosamente de la normalización del crimen en nuestra sociedad mexicana.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP
RAMÓN ORTIZ AGUIRRE
Originario del Centro Histórico de San Luis Potosí, Profesor Investigador de la Facultad de Ingeniería de la UASLP y Jefe de la División de Difusión Cultural de la misma institución, actualmente jubilado. Especialista en agua y medio ambiente.