Torre Cultural

Por Pedro Félix Gutiérrez 

PONI...PONIATOWSKA

“La fuerza de la gente da mucha esperanza”, dijo Elena Poniatowska en tanto señalaba también que el periodismo ha sido de escuela de siempre, sobre todo en función de los desposeídos, de los personajes sin voz quienes hacen la vida cotidiana y que a través de la literatura pueden ser reconocidos en la otra parte de la historia.

En 2013 recibió el Premio de Literatura en Lengua Castellana “Miguel de Cervantes” una mujer que decidió ser mexicana por adopción y que con sus seis hijos y diez nietos carga con el sambenito de ser la “princesa roja”, pues es descendiente del Rey Estanislao Poniatowski II de Polonia, Gran Duque de Lituania. Nacida París, Francia, el 19 de mayo de 1932, Elena se vino a México con su madre huyendo de la Segunda Guerra Mundial por ahí de 1941.

Su nombre completo es Hélène Elizabeth Louise Amélie Paula Dolores Poniatowska Amor. Su madre era de familia porfiriana exiliada en Francia tras la Revolución Mexicana. En París de casa con otro exiliado, el heredero de la corona polaca, de ahí el título Princesa de Polaca el cual nunca ha sido de su interés.

Y aunque el periodismo le ha dado todo para escribir sus novelas a partir de entrevistas, noticias, cartas, declaración de testigos y otros elementos -entre ellos la investigación- y un profundo compromiso social, ella se considera una enamorada de la poesía y tiene un libro de poemas sin publicar y ya revisado por Octavio Paz.

Su formación ideológica va desde haber estado en un internado religioso en los Estados Unidos hasta su primera relación con el dibujante Alberto Beltrán, un socialista inclaudicable que afianza su modo de pensar con el público. Todo empezó un domingo de crónicas de paseos de los marginados. En 1968 se casa con el astrofísico Guillermo Haro y realiza buenas entrevistas a los grandes artistas mexicanos para El Heraldo de México y luego en Novedades publican sus impredecibles textos.

En 1954 publica su primera novela Lilus Kikus que narra el tránsito de la niñez a la adultez de la protagonista, una niña que no deja de hacer preguntas y de buscar las respuestas en todo lo que la rodea. Un libro que Juan Rulfo -su fotógrafo, ella era su modelo-, comentó como los sueños de una niña, sus fantasías y la imaginación. Todo en esta obra es mágico y está lleno de olas de mar, o de amor tornasol, que sólo se encuentra en los ojos de los niños. Dentro del libro hay el descubrimiento de un fino erotismo al ser descubierta adolescente. El requiero soez de los muchachos al verla. “hay mamacita, quién fuera tren para pararse en esas curvas”.

De las 16 novelas escritas a lo largo de su vida de 92 años recordamos Luz y luna, las lunitas; Palabras cruzadas -crónica de entrevistas-; Hasta no verte Jesús mío; Relatos de la lavandera Josefina Bojórquez; La noche de Tlatelolco, tal vez su obra más reconocida mundialmente al poner en un coro de voces los acontecimientos que marcaron la historia moderna de México, obra premiada cuyo galardón rechazó porque dijo “¿quién va a premiar a los muertos?”; Querido Diego te abraza Quiela, en la que recreó con cartas la historia de amor de Diego Rivera y su primera mujer, Angelina Beloff, la que con él una vez fue pájaro y que se metió en la cara un sapo para espantarle las moscas, fue su abanico y le llenó de aguacate las paredes de su estudio. Entonces Diego era cubista en París.

Fuerte es el silencio, crónica de 1980; Flor de Lis, una especie de autobiografía; Tinísima, una novela sobre la fotógrafa italiana Tina Modotti; Paseo de la Reforma; 1997 nada, nadie, las voces del temblor de 1986; La piel del cielo, premio Alfaguara de 1991; Tlapaleria, cuentos del 2003; El tren pasa primero, donde narra la lucha obrera de Demetrio Vallejo, líder de los ferrocarrileros que en 1959 paró al país. Es un homenaje a los ferrocarrileros. Ella siguió al líder desde muy joven.

Los dólares que le dejó el Premio “Rómulo Gallegos” le permitió no vender su biblioteca a una universidad gringa y optar por crear una Fundación en la que algo tuvimos que ver acercando información y experiencia con organizaciones no gubernamentales.

Amanecer en el Zócalo, crónica de los cincuenta días que confrontaron a México en el 2007. Entre otras cosas narra la lucha con Andrés Manuel López Obrador que le mereció una extensa carta pública de Cuahutémoc Cárdenas a propósito de una nota en el periódico La Jornada en la que se señala que él y Marcos, el líder guerrillero del EZLN, no lo habían apoyado por envidia y donde el hijo de Lázaro Cárdenas explica su posicionamiento frente a este movimiento y el país en general.

Elena ha dicho que la lectura es fundamental en sus libros. La han influido la novela rusa de Tolstói y Dostoievski; por supuesto que Octavio Paz, Carlos Fuentes, Juan Rulfo y Gabriel García Márquez, entre otros. Es Doctora Honoris Causa de las universidades de Sinaloa, Estado de México, Stanford y Columbia. Regaló los derechos de autor de su libro Tinísima para la edición cubana y fue invitada a la Feria del Libro de la Habana.

Su obra ha sido traducida a múltiples lenguas como alemán, polaco, danés, francés y seguramente pronto conoceremos su libro de poemas. “La lectura juega un importantísimo papel en el desarrollo del país” -lo ha dicho-, “transforma a los individuos”. Un dirigente que lee, ama la cultura, piensa mejor y es muy distinto a uno que no sabe nada de nada. Los libros son contraveneno, están contra la soledad y el abandono. Si uno escribe puede vaciarse de rencores y tradiciones.

Ver y enseñar a ver para dejar atrás la infancia espiritual.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

Pedro Félix Gutiérrez

pfelix2000@hotmail.com

X: @pedrofelixgutie

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Es académico investigador por la UASLP la cual ha publicado sus libros. Es considerado buen escritor y poeta. Sus columnas periodísticas son culturales

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