Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

La coyuntura del G20  

Es un hecho que la presidenta Claudia Sheinbaum, asistirá a la próxima Cumbre del G-20, que se llevará a cabo en Brasil, los días 18 y 19 de noviembre. En materia de relaciones internacionales, este foro es de suma importancia, ya que es un espacio estratégico para la vinculación con los países aliados y un escenario de cooperación internacional que congrega a las principales economías desarrolladas y emergentes del mundo. El G20 está conformado por 19 países miembros y la Unión Europea:  Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica, Turquía y la Unión Europea.

 

Los miembros del G20, en conjunto, representan alrededor del 90% de la economía mundial y el 80% del comercio internacional. En el foro también participan siete organismos internacionales: El Consejo de Estabilidad Financiera (FSB), el Banco Mundial (BM), el Fondo Monetario Internacional (FMI), la Organización de las Naciones Unidas (ONU), la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la Organización Mundial del Comercio (OMC) y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).

 

Los antecedentes históricos del G20, tienen como punto de partida, la crisis financiera asiática de 1997-1998, considerada como uno de los acontecimientos económicos más impactantes que se produjeron a finales del siglo XX, ya que tuvo efectos negativos en la economía global. La crisis estalló en julio de 1997, cuando el valor de la moneda tailandesa, el baht, cayó precipitadamente frente al dólar, como resultado de la subida vertiginosa de los precios inmobiliarios y la alza en los niveles de deuda externa a corto plazo que, minaron la confianza en la economía tailandesa, provocando la huida del capital extranjero. La crisis golpeó con fuerza a varios países de Asia, por ejemplo, Malasia, Indonesia, Filipinas y Corea del Sur. También sacudió a muchos otros mercados del mundo provocando inestabilidad económica a nivel global.

 

Entre las principales causas de la crisis se encuentran factores tanto estructurales como financieros. Aunque las economías del este de Asia habían funcionado de manera óptima durante las dos décadas anteriores a la crisis, muchas de ellas dependían, en gran medida, de la deuda externa y del capital extranjero, en un sistema bancario poco regulado y con una dependencia excesiva del sector exportador con precios inestables. El FMI inyectó paquetes de rescate multimillonarios a la mayoría de los países afectados, sobre todo, a Corea del Sur, Indonesia y Tailandia, sin embargo, fue una ayuda condicionada a políticas severas, recortes del gasto público y reformas bancarias, entre otras.

El FMI fue criticado por estas operaciones, ya que había ayudado a estabilizar las economías, mientras las hundía en la recesión y el caos social provocando un aumento en del desempleo y la pobreza. La crisis financiera asiática puso al descubierto este punto débil de los mercados emergentes ante la avalancha de entradas de capital especulativo y sentó las condiciones para un mayor nivel de coordinación en asuntos económicos globales, que se materializaría en la conformación del G20.

 

El G20 nació en 1999, a partir de la interdependencia económica que se había ido consolidando a lo largo de los años, como reacción a la crisis financiera asiática de 1997-1998. Fue creado por los ministros de finanzas y los gobernadores de los bancos centrales, de las mayores economías mundiales, para establecer un foro integrado por países desarrollados y en vías de desarrollo, con el fin de  tratar cuestiones de estabilidad financiera y prevención de crisis económica. En su etapa fundacional, se centró en asuntos económicos y no incluía a los jefes de Estado.

 

Sin embargo, a pesar de hacer frente a las crisis económicas, el G20, en las cumbres se adoptaron varias decisiones y compromisos que, para muchos críticos, es un escenario de promesas que no se cumplen. Otras críticas son en cuanto a la representatividad limitada, ya que se toman decisiones que no sirven a los intereses de todas las naciones, especialmente de las emergentes.  El crecimiento del foro ha sido incluyente, pero la respuesta no lo ha sido para la mayoría de los países periféricos, con grandes desafíos, altos niveles de pobreza e incapacidad de acceder a recursos económicos. En pocas palabras, el G20 ha logrado que algunos de sus esfuerzos sean eficaces en la economía global, sin embargo, el   grupo ha sufrido críticas sobre su capacidad para representar y abordar los problemas ocasionados por las disparidades económicas persistentes.

 

Ahora que México ocupa el 15° lugar a nivel global y su economía está considerada como una de las más grandes del mundo por su importancia en el comercio internacional y su capacidad de producción, resulta coyuntural la presencia de la presidenta Claudia Sheinbaum en la Cumbre del G20, ya que es una plataforma clave para promover a México como un destino atractivo para la inversión extranjera, especialmente en sectores como tecnología, energía y manufactura.

 

Los líderes que han solicitado reuniones bilaterales con Claudia Sheinbaum durante la Cumbre del G20 son: Xi Jinping, presidente de China, Narendra Modi, Primer ministro de India, Rishi Sunak, Primer ministro del Reino Unido; Fumio Kishida, Primer ministro de Japón, Yoon Suk-yeol, presidente de Corea del Sur; Emmanuel Macron, Presidente de Francia y Joko Widodo, Presidente de Indonesia.

 

PD: ¿Por qué a Ciro Gómez Leyva, en su residencia española, le molesta que la presidenta Sheinbaum, viaje en vuelo comercial a la Cumbre del G20?

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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