Los Expedientes del Imperio
Por Jaime Contreras Huerta
Don Vitor y Don Joaquín
En días pasados, el payaso Brozo, de forma por demás entusiasta y con animosa alharaca de porrista de la oposición, desató sus absurdos lenguajes para advertir que en las próximas elecciones del 2 de junio solo hay dos opciones: la “democracia o dictadura”. Su burda intención, fuera de la realidad, debe causar escozor en la conciencia del actor Víctor Trujillo, quien, aclamado por su brillante inteligencia, desde luego sabe que no hay una dictadura en México, pero lo que si hay es un clientelismo de los medos corporativos de comunicación con el Frente Amplio por México y con la Oligarquía que animan al payaso Brozo a fastidiar la vida a quienes somos mexicanos felices. Su habladuría es tan espesa que se apaga la luz en el canal de Latinus. Ahora entiendo porque usa tanto maquillaje para no rajarse la cara, ya que su lengua se tropieza más seguido que con los pies, tanto que supera a la señora X. Las payasadas del Brozo me recuerdan que en este país, ahora hay libertad hasta para decir estupideces, lo malo es decirlas con énfasis.
Su desfachatez está satisfecha de sí mismo, su naturaleza servil lo vuelve malicioso para sacar su esencia crapulosa que, no es una deficiencia intelectual, sino moral. Al brozo, le brotan las heridas de su patrocinador Roberto Madrazo, uno de los miembros del cartel de las medicinas que opera en este rubro con la empresa Farmacéuticos Mayp. SA de CV, y que en la actual administración del Gobierno Federal ha visto afectado su negocio. Por ende, Madrazo, manda al Brozo la llamarle dictador al presidente Manuel López Obrador.
El Brozo extraña los años dorados del sexenio de Enrique Peña Nieto, cuando el gobierno gastaba más de “ł0 mil millones de pesos en publicidad oficial y aun así, la opinión pública reprobó; en su mayoría, la gestión de su presidencia. Fue la época dorada del Brozo, pero “la más aberrante de las formas de subsidio no reglamentado de publicidad oficial, que se convirtió en la garantía de subsistencia para numerosos medios” de comunicación, sin embargo, actualmente, con la reducción del presupuesto gubernamental en publicidad oficial, definitivamente se afectaron sus ingresos. “En los tres primeros años del gobierno de AMLO se gastaron 8 mil ł48 millones de pesos en publicidad oficial, 2ł mil millones de pesos menos que lo ejercido en la primera mitad del sexenio de Enrique Peña Nieto”. En este contexto, el futuro es incierto para las empresas de comunicación dependientes del clientelismo político del ayer y por eso se forman para despotricar en contra de la cuarta transformación y vitorear a la oposición.
Otro caso es el de López Dóriga, que a su edad, aun pretende jugar al inocente con sus mentiras emotivas para distorsionar la realidad, primando las emociones y las creencias personales frente a los datos objetivos, y es que Don Joaquín, también en días pasados, afirmó que entramparon y le mintieron al presidente sobre la ayuda proporcionada a las familias que perdieron sus casas en Acapulco. Dijo, “eso es falso presidente, quien se lo haya dicho le mintió presidente, lo engañó: hoy ya la ayuda para los 250 000 familias, que son más, pero vamos; 250 000 familias que perdieron sus casas, no es verdad ,quien le dijo le mintió hoy a usted”. La respuesta del jefe del ejecutivo fue inmediata, y aclaro que : “la dispersión de los fondos, del dinero, en total, para el 31 de diciembre ya se había entregado prácticamente todo a los damnificados, en promedio de 40 mil por familia. Alrededor de 12, 15 mil millones de pesos”, el presidente. Aseguró que incluso se tienen los recibos de quienes acudieron por el dinero y emplazó a Don Joaquín, diciéndole que “ojalá” que cuando tengas toda la información puedas “con humildad ofrecer disculpas porque hay que tener capacidad para rectificar, no caer en la complacencia (…) y yo estoy seguro que vas a responder sobre este tema”.
El espectáculo de López Dóriga continuó con una respuesta patética que develó su enorme odio al presidente Manuel López Obrador, y le aclaró que él no estaba enojado y le dio a entender, como todo un rufián, que el presidente ya se va y que, pues el, es decir Don Joaquín, iba a seguir, lo cual también muestra su soberbia y también que extraña el poder del ayer cuando el periodista de pluma inquisidora, amaba ser temido y glorificado por los gobiernos neoliberales. La Secretaria del Bienestar, Ariadna Montiel se presentó con Don Joaquín y aclaró la información y sus dudas. Agradecido quedó, pero nunca se disculpó. Vaya tipo tan rencoroso en tiempos de campañas electorales cuando ni los ven. ni les creen sus mentiras y payasadas.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP
JAIME CONTRERAS HUERTA
jcontrerash44@gmail.com
Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.