Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta
La libertad aparente
Suele pasarnos que, en una mañana cualquiera, al revisar el teléfono celular, aparezca una avalancha de notificaciones, recomendaciones y símbolos que pareciera ser enviada por alguien que nos conoce más que nosotros mismos. Se trata de los algoritmos a los que obedecemos como si nada, sin una orden estricta, seducidos con susurros persuasivos mediante lykes y gifts, con los que nos sentirnos libres sin la vigilancia humana y amenazante, porque ahora nosotros somos nuestros propios vigilantes en un sistema de dominación que, en lugar de emplear el poder opresor, utiliza un poder seductor e inteligente que establece las condiciones para que los humanos se sometan por sí mismos a un entramado de dominación, como explica el filósofo Byung Chul Han en su obra: Psicopolítica: Neoliberalismo y nuevas técnicas de poder.
Este control lo explicó Michel Foucault con su teoría de la biopolítica, entendida como el poder político que incide y gestiona la vida de las poblaciones mediante políticas y prácticas gubernamentales que regulan y administran la vida de los individuos con mecanismos de disciplina que, desde la perspectiva de Byung Chul Han, en el aquí y ahora, evolucionó a un poder seductor e interiorizado que explota la voluntad de los individuos, haciendo de la libertad su instrumento de autoexplotación.
Desde la perspectiva de la psicopolítica, el filósofo Han, profundiza en un análisis de los fenómenos contemporáneos como las redes sociales, la transparencia y el Big Data, y reflexiona sobre las paradojas de la libertad en el neoliberalismo, presentando su reflexión crítica a la biopolítica de Michel Foucault y examinando las nuevas técnicas de (psico)poder que acceden a la psique (consciente y subjetividad) como objeto de optimización y domesticación para construir al sujeto en tiempos del rendimiento individual, es decir, el individuo neoliberal que se concibe como un proyecto, como un “yo” y que debe optimizarse continuamente. Esta optimización “por sí mismo” coincide con los fines del sistema de convertir al sujeto en empleador y empleado de sí mismo, atrapado por la promesa de libertad mientras refuerza sus propios límites autoimpuestos.
Desde la perspectiva de la psicopolítica, las emociones y el inconsciente ejercen una influencia fundamental en el contexto político, transformando los procesos de construcción de la verdad y la racionalidad política a través de un sistema de dominación que, en lugar de utilizar un poder opresor, emplea un poder seductor digital e inteligente enfocado a que los individuos se sometan voluntariamente al entramado de control.
En el presente, las emociones y el inconsciente son explotados por la política en un modelo neoliberal que redefine la libertad como la obligación constante de buscar el éxito, convirtiendo al individuo en un "empresario de sí mismo" que se autoexplota" de forma voluntaria y apasionada". Esta "libre explotación" es más efectiva que la explotación tradicional (como la del amo y el esclavo), ya que se disfraza de libertad, anulando la resistencia. “El poder actual es inteligente, sutil y flexible, psicologiza la coacción e intensifica el control social desde la mente y el alma individual”. El sujeto cree haberse liberado, pero en realidad se convierte en un objeto de optimización, a menudo, más explotado y alienado. La optimización personal y el rendimiento se promueven a través de técnicas como el “coaching” y la "inteligencia emocional", que buscan eliminar lo "negativo" del yo para incrementar la eficiencia y el rendimiento como la meta de existencia vía gimnasio a las once de la noche y la constante capacitación en emprendimiento y medidas así.
El cerebro, como "caja negra" de la política es la clave de la decisión de voto y de las preferencias políticas. En el cerebro humano se procesan todas las influencias (partidarias, mediáticas, racionales y emocionales). Es por esto que, las campañas electorales se juegan en el cerebro del elector, el cual es un "laberinto oscuro" donde los mensajes de los candidatos luchan por persuadir y lograr el voto, desplegando ideas, recuerdos y emociones desde la premisa de que las emociones a menudo prevalecen sobre la razón.
La psicopolítica busca entender la mente humana para pronosticar y anticipar sucesos, modas y tendencias, permitiendo un control más efectivo de la población. El Big Data es la herramienta psicopolítica por excelencia, ya que permite acceder a la psique y a procesos psicológicos inconscientes, vigilando, controlando y moviendo a las personas "desde dentro", en su consciente e inconsciente, de eso es que la acumulación masiva de datos se utiliza para predecir comportamientos y condicionar a las personas.
La psicopolítica advierte que el "capitalismo emocional" convierte las emociones en medios de producción y consumo, priorizando la gestión emocional sobre el racional y ludificando el trabajo para naturalizar la explotación. Las redes sociales exacerban esto, al basarse en reacciones afectivas y acciones inmediatas (como los "me gusta") que refuerzan nuestras propias ideas y crean un "micromundo" de pensamiento político, generando un espejismo de comunidad.
En el capitalismo de vigilancia, los perfiles psicográficos (representaciones detalladas de los estilos de vida, actitudes, comportamientos, intereses y valores de un grupo de consumidores objetivo), construidos a partir de nuestros datos y preferencias, permiten una publicidad y comunicación política altamente dirigida y potente que influyen en las decisiones políticas.
Cuando el celular despliega y comparte tanta información, el sujeto cree haberse liberado al elegir y expresarse en el mundo digital, pero en realidad se convierte en un objeto de optimización constante, más explotado y alienado que nunca, mientras sus datos alimentan un mercado que lucra con su aparente libertad.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA
Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.