Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Apuntes sobre la historiografía de la Independencia de México

La historiografía de la independencia mexicana se ha transformado de forma significativa desde el siglo XIX, mostrando diferentes paradigmas interpretativos y metodológicos que han enriquecido la comprensión del movimiento independentista. Lucas Alamán (1792-1853), representa la primera corriente historiográfica sobre la independencia mexicana. Su texto, "Historia de Méjico desde los primeros movimientos que prepararon su independencia en el año de 1808 hasta la época presente" (1849-1852), es una interpretación conservadora que veía la independencia como una ruptura traumática con el orden colonial español. Para Alamán, la época colonial había sido una era de buen gobierno, prosperidad y orden social, pero la rebelión de Hidalgo había desencadenado una violencia civil destructiva.

En el polo opuesto fue Carlos María de Bustamante (1774-1848), cuya obra "Cuadro histórico de la revolución de la América mexicana" (1823-1833), estableció la visión patriótica de la independencia. Su perspectiva presentó a la independencia como el restablecimiento de una nación que había sido dominada por una potencia extranjera desde 1521. A través de su obra, Bustamante rescató fuentes documentales imprescindibles y construyó una narrativa épica que dotaba al nuevo país de héroes fundacionales y un pasado glorioso.

En el siglo XX, la historiografía profesional moderna sobre la independencia mexicana comenzó en 1953 con la publicación de "La revolución de independencia" de Luis Villoro. Esta obra, escrita con motivo del bicentenario del nacimiento de Miguel Hidalgo, marcó el inicio de una reflexión académica y filosófica al proceso independentista. Villoro desarrolló una interpretación basada en el análisis de las corrientes ideológicas que dirigieron el movimiento. Según su análisis, las corrientes ideológicas importantes durante la independencia fueron dos: la surgida de la historia hispánica y la deudora del Despotismo Ilustrado y de la Revolución francesa. Su enfoque se centró en el proceso ideológico de la revolución, especialmente en el tránsito que sufrió la mentalidad criolla desde finales del siglo XVIII hasta 1821.

La nueva historiografía, de finales del siglo XX, surge en la década de 1990 caracterizada por la aparición de nuevas perspectivas teóricas. François-Xavier Guerra, con su obra "Modernidad e independencias: Ensayos sobre las revoluciones hispánicas" (1992), revolucionó la comprensión del proceso independentista. Su enfoque destacó la importancia de la Constitución de Cádiz de 1812 como transmisora del liberalismo moderno en todo el mundo hispánico, desafiando las interpretaciones nacionalistas que veían España como una potencia retrógrada. Su análisis de los discursospolíticos, las formas de sociabilidad moderna y la construcción de la opinión pública estableció nuevos parámetros para el estudio de la época.

En el siglo XXI, Jaime E. Rodríguez O. es uno de los historiadores fundamentales en la renovación de los estudios sobre la independencia. Su obra "La independencia de la América española" (2005) sostiene que la independencia americana debe entenderse como parte de la revolución política que transformó la monarquía española en un estado-nación moderno. Su análisis del papel de las Cortes de Cádiz y de la Constitución de 1812 muestra cómo estos procesos establecieron el primer sistema representativo moderno en el mundo hispánico.

Los historiadores contemporáneos han desarrollado nuevas aproximaciones que enfatizan los aspectos sociales, regionales y culturales de la independencia. Ana Carolina Ibarra ha sido pionera en los estudios regionales, particularmente sobre Oaxaca y el sur de México. Sus trabajos han mostrado cómo el proceso independentista se vivió de manera diferente en cada región y cómo las élites locales, especialmente el clero, jugaron papeles cruciales en la articulación territorial

Juan Ortiz Escamilla ha renovado la historia militar y política del período con obras como "Guerra y gobierno. Los pueblos y la independencia de México, 1808-1825" (2014). Su enfoque examina como la población civil enfrentó la guerra civil de 1810, mostrando que los habitantes terminaron siendo tanto víctimas como actores de primer orden.

Alfredo Ávila y Virginia Guedea han coordinado algunos de los trabajos más importantes de síntesis historiográfica contemporánea, incluyendo "La independencia de México: temas e interpretaciones recientes" (2007). Esta obra colectiva representa un balance de las nuevas miradas con que los historiadores se han acercado al proceso desde distintas áreas: historia del pensamiento político, historia social, historia militar e historia fiscal.

Según Alfredo Ávila, en el siglo XXI se ha construido un nuevo consenso historiográfico que supera las interpretaciones tradicionales. Este nuevo consenso reconoce que el proceso de independencia no fue simplemente una lucha de liberación nacional, sino un complejo proceso de transformación política, social y cultural que debe entenderse en el contexto de las revoluciones independentistas.

Rodrigo Moreno Gutiérrez ha realizado importantes síntesis sobre la producción historiográfica de las últimas décadas. Su análisis de la historiografía del siglo XXI sobre la independencia identifica varios ejes temáticos principales: lo político, los lenguajes, las regiones; las insurgencias, la guerra, el fisco; la biografía, las etapas y las grandes síntesis. Moreno destaca cómo los estudios recientes han superado las interpretaciones esencialistas y nacionalistas del siglo XIX, adoptando enfoques más complejos que reconocen la multiplicidad de actores, procesos y resultados del período independentista.

Los especialistas en el tema consideran que en el México actual la historiografía de la independencia mexicana enfrenta varios desafíos y oportunidades. Entre ellos, la necesidad de integrar mejor las perspectivas regionales con los procesos nacionales, profundizar en el análisis de los grupos populares y sus formas de participación política, y desarrollar enfoques comparativos con otros procesos independentistas latinoamericanos. También existe la necesidad de romper “el nuevo consenso, así como ocurrió con las interpretaciones del siglo XIX, para evitar la cristalización de nuevas ortodoxias historiográficas”. Los historiadores contemporáneos continúan debatiendo sobre la periodización, las causas, los actores y las consecuencias del proceso independentista, manteniendo viva una tradición historiográfica rica y diversa que refleja la complejidad del fenómeno histórico de la independencia de México.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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