Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Los prescriptores políticos

En los últimos años, la mediatización de la política se ha trasladado masivamente a plataformas digitales, en tal medida, que los influencers han dejado de ser meros creadores de contenido de estilo de vida para asumir un rol de prescriptores políticos, es decir, ciudadanos con influencia, que recomiendan o respaldan una idea política, una propuesta, un partido o un candidato, influyendo así en la opinión de sus seguidores o audiencia. Su credibilidad y respeto, por parte de su público otorgan un valor especial a sus opiniones, diferenciándose de la publicidad tradicional y generando confianza en quienes los ven y los escuchan.

Su principal cualidad es la capacidad de influir en las decisiones y opiniones de su audiencia, ya que son percibidos como fuentes de conocimiento y confianza. El poder de persuasión de un prescriptor logra que sus criterios sean respetados por sus seguidores. Al emitir sus opiniones avalan la causa política en la que se involucran creando un vínculo de confianza con su público enmarcado en un activismo influencer que, Alejandra Ramírez-Castillo define como “la combinación de protesta digital, visibilidad y movilización que transita de lo virtual a lo real mediante hashtags, videos y eventos online.  Esta forma de activismo incorpora prácticas de marketing digital (branding, storytelling, “hacktivismo” de hashtags) y exige al influencer un compromiso sostenido con la causa, reforzando su credibilidad e incentivando a sus seguidores a acciones concretas.

Carlos Gutiérrez, de acuerdo con García y Slimovich, publicó en la plataforma periodística Conectas, que los influencers políticos constituyen una clase particular de líderes de opinión, por su capacidad para impactar en miles de ciudadanos. Se diferencian de las personas profesionales del periodismo, ya que intentan influir en la agenda política y en la opinión pública, mediante el ejercicio de influencia personal tecnológicamente mediatizada y el uso de novedosas estrategias de comunicación”.

En México, de acuerdo con las fuentes en la Web, a partir de la elección presidencial del pasado 2018, la mediatización de la política creció de forma significativa y transformó lasformas de participación ciudadana. Las redes sociales se convirtieron en escenarios clave de acción política, sobre todo, entre las audiencias más jóvenes. lo que facilitó la presencia de nuevos actores, como los influencers, en la configuración de la opinión pública y la acción política digital.

Los mecanismos de influencia y movilización que los influencers políticos emplean son lastransmisiones en vivo que generan alta interacción y recurren a las narrativas emocionales para crear empatía y activan campañas de hashtag que trascienden fronteras y fomentan la protesta. En México, las elecciones de 2024, youtubers con millones de seguidores en plataformas, como Instagram, YouTube, TikTok, Facebook, utilizaron su influencia para apoyar a ciertos candidatos, promover agendas políticas o simplemente mostrar un lado más real de los contendientes. Su presencia fue clave para el éxito de varias campañas. En este contexto, la plataforma TikTok se consolidó como plataforma clave para el activismo político juvenil en México, donde 50% de usuarios menores de 30 años siguen temáticas políticas.  

Los expertos en el tema señalan que, a pesar del potencial evidente, la relación entre influencers y política no es sencilla, ya que los políticos y partidos están conscientes de las ventajas, pero también enfrentan una serie de desafíos legales y regulatorios que limitan su uso. En México, la legislación electoral impone restricciones estrictas sobre el financiamiento de campañas. Estos límites están diseñados para evitar el gasto excesivo en el proceso electoral, pero también complican la integración directa de influencers en las estrategias de campaña.  

Aun con la relevancia lograda, los influencers políticos presentan ventajas y riesgos. Las primeras, en cuanto a que crean públicos nuevos, facilitan acceso directo al político sin mediación de medios tradicionales y potencian la participación ciudadana. Respecto a los riesgos, están la falta de normas éticas, posible proliferación de desinformación y operaciones de influencia autoritaria desde gobiernos que emplean influencers para propaganda, de esto es que se requieren marcos regulatorios claros y educación mediática para que los seguidores identifiquen influencers éticamente responsables y contrarresten la desinformación.

Un ejemplo de falta de responsabilidad ética es el influencer Carlos Alazraki que, recurre constantemente a temas de posverdad, donde mensajes emocionales y polarizantes generan confusión sobre hechos objetivos. La influencia de Alazraki trasciende y moviliza el sentimiento opositor con un estilo de violencia simbólica que genera reacciones intensas a favor y en contra. Sus críticos, incluidos figuras políticas y activistas, lo han acusado de misoginia, racismo o clasismo en ocasiones, reflejando el entorno polarizado en que opera.

El activismo de influencers redefinió la socialización política de las generaciones digitales. Su poder radica en la credibilidad percibida, la viralización de contenidos y la pasarela digital-analógica que cataliza la movilización política real. En este escenario, los influencers políticos se perfilan como nuevos líderes de opinión, capaces de movilizar a audiencias jóvenes a través de estrategias digitales para reconfigurar la comunicación política. Es importante considerar que los influencers políticos ya no solo informan, también moldean emociones, la opinión pública, y configuran consensos a golpes de algoritmos. En este nuevo campo de batalla digital, la persuasión se disfraza de cercanía y la manipulación se vuelve viral, silenciosa y profundamente eficaz.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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