Los Expedientes del Imperio
Por Jaime Contreras Huerta
¿Y…Los dirigentes del PRIAN?
Luego de cinco años de una oposición moralmente derrotada, los dirigentes de los partidos políticos del Frente Amplio de México se desvanecen ante la opinión pública con un alto nivel de incertidumbre que, afecta la credibilidad de las organizaciones políticas que representan. Su discurso, obstinado en exaltar la salvación del país, ya no tiene peso en el imaginario colectivo, en los públicos, en las audiencias, en los interlocutores y en el terreno simbólico. Saben que deben ser cuidadosos con su desgastada narrativa de que son los guardianes de la democracia y sobre todo, ser también cautos con evidenciar sus objetivos neoliberales de liberalización económica, de privatización de empresas estatales y de reducción del gasto público.
La oligarquía y los dirigentes del FAM, pretenden retomar el poder, en el 2024, para sus objetivos neoliberales, sin embargo, la debilidad institucional de los partidos políticos del frente es uno de los principales obstáculos para que logren representar adecuadamente a la sociedad y respondan a sus demandas. En los dirigentes, prima la lógica de la mercantilización y una concepción de sociedad civil caracterizada por el empoderamiento, por eso se les dificulta el desarrollo suficiente de habilidades para diseñar y proponer políticas sociales que beneficien a la mayoría de la población y para construir vínculos entre política y ciudadanía.
Se exhiben en sus campos de guerra mediática para proyectarse como los salvadores de la democracia mexicana, solo eso, sin indicio alguno de autocrítica y sin argumentos válidos sobre los efectos negativos que causaron en México durante cinco periodos de gobiernos neoliberales, por consiguiente; están alejados de la voluntad popular que se expresará en las próximas elecciones, en las que competirán sin abordar temas relacionados con el bienestar público y con la desigualdad social. En este contexto, las políticas neoliberales, como la de reducir el gasto de los programas sociales, que defienden los partidos políticos del FAM, han sido objeto de críticas por parte de diversos sectores de la sociedad que los rechaza de manera rotunda
Su visión de la realidad es tan obtusa, que el discurso del presidente del PRI, Alejandro Moreno, persiste en su tesis de siempre: “México se está convirtiendo en la nueva cara del autoritarismo en Latinoamérica y si no ponemos un alto, nuestro país se convertirá en una dictadura [...] Vamos a agotar todas las instancias a nivel nacional e internacional. No vamos a descansar hasta que este gobierno rinda cuentas ante el pueblo de México”. Sin nada que decir sobre política social, Alito solo pretende alertar y amenazar.
De igual manera, el discurso del dirigente del PAN, Marko Cortés, no es otro que el de demeritar el gobierno de la 4T e insistir en que “la situación de la clase baja empeora, hay 4 millones de pobres más gracias al gobierno de la 4T y es resultado de un mal manejo de estos programas y de la economía. El asistencialismo no se traduce en paz, únicamente fomenta la formación de grupos clientelares y electoreros”. Si lenguaje es inconsciente, como dijo Jaques Lacán, el buen Marko; rechaza los programas sociales.
Animados por la racionalidad política del jefe Claudio X González, los dirigentes de ambos partidos evitan en su discurso el tema de las políticas sociales, a sabiendas que lo que defienden es un proyecto neoliberal que paradójicamente, lo que busca es el fin de la política para que la oligarquía y el mercado tengan el máximo control del gobierno y despojarlo de su sentido democrático. Esto se refleja en uno de sus propósitos centrales: reducir al mínimo el intervencionismo estatal e imponer políticas de austeridad que supuestamente favorecen la economía, pero a la de ellos.
Los neoliberales apelan a la reducción del gasto público, se oponen a disminuir la deuda pública, promueven la privatización de servicios públicos como la educación o la minería y defienden la reducción de impuestos para favorecer a las grandes empresas de la oligarquía. El neoliberalismo tiene una visión muy crítica del estado y sus programas sociales y por lo tanto el gasto social lo aprovechan para manipular al electorado como lo hicieron en el 2006 y 2012. En el 2018 ya no pudieron y en el 2024, todo depende de Claudio X González y la oligarquía que representa porque a los dirigentes de los partidos ya ni los ven ni los oyen.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP
JAIME CONTRERAS HUERTA
jcontrerash44@gmail.com
Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.