Los Expedientes del Imperio

Por Jaime Contreras Huerta

Derecho y privilegios

Quedó muy claro que los miembros de la derecha mexicana tienen privilegios que difícilmente puede tener un ciudadano común en un país en donde impera la inequidad de la justicia. María Amparo Casar, presidenta de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad, fue acusada de cambiar el dictamen de la muerte de su esposo para cobrar una pensión de 125,000 pesos mensuales durante 19 años. Sin embargo, el pasado viernes un juez de distrito dio un plazo de 24 horas para que Petróleos Mexicanos (Pemex) le reintegre el pago de la pensión, a menos que exista un ordenamiento judicial o administrativo firme, en el que se haya ordenado la cancelación del pago de la pensión.

Este caso devela que las élites de la derecha mexicana persisten en reforzar las estructuras que les otorgan privilegios a ciertos grupos económicos y políticos. Su oposición a las reformas y cambios que podrían representar una mayor equidad de justicia  en la sociedad se debe, en gran medida, a que sienten amenazadas sus prerrogativas de clase social que defiende los intereses de los grandes grupos conservadores, por encima de los intereses de la mayoría de la población. De esto es que su discurso político sea de corte excluyente enfocado a preservar estructuras de privilegio y jerarquía social que se remontan a la época colonial y al porfiriato.

El presidente Manuel López Obrador ha señalado que en la derecha mexicana prevalece una visión instrumental de la democracia para defender sus intereses de clase y no como una forma de gobierno justa e igualitaria. Los grupos de derecha enaltecen el estado de derecho, sin embargo, cuando el contexto político y el marco legal no están de su lado configuran su discurso para restablecer lo que consideran ilegal, hablan por todos los mexicanos y tienden a justificar la idea de un golpe de Estado para restablecer lo que llaman “orden social”.

La historia reciente de México muestra que la derecha se caracteriza por su resistencia a la transformación de la sociedad, sobre todo, si se presenta fuera de sus límites de control, de esto es que su concepción acerca del estado de derecho no es otra que el garante del estatus quo para su seguridad y sus privilegios que dicen merecer por su “desarrollo natural de capacidades superiores”. Su visión “humanista” los hace creer que los individuos por sí mismos deben desarrollar sus capacidades sin una visión critica o sin cuestionamiento de las  condiciones materiales y de desigualdad, por eso  los que no progresan es porque no quieren o porque no  se esforzaron como la empresaria Xóchitl Gálvez que por echarle tantas ganas y no por los privilegios  que le dieron instituciones como La Comisión Nacional del Agua (CONAGUA) y el Instituto Nacional de Acceso a la Información (INAI) con los que obtuvo jugosos contratos que la convirtieron en millonaria, aunque con escaso desarrollo de habilidades básicas como la lectoescritura.

En este contexto, los corruptos de la derecha aducen estar siempre apegados a las leyes, es decir, lo que ellos interpretan de la ley,  lo cual  deriva en actos  de injusticia pero legales, según sus intereses, que protegen a los corruptos. La señora Casar sostiene que es  falso que ella quiso cambiar el acta de defunción, sin embargo, a  sabiendas de que no tenía derecho a la pensión por viudez, su noble moral extendió su blanca mano para recibir una importante compensación económica con dinero que aportamos los mexicanos. Esto es fraude señora Casar, y contraviene lo que publica en la página Web de Mexicanos contra la Corrupción y la Impunidad: Se trata de “una asociación civil sin fines de lucro, comprometida con la consolidación del Estado de Derecho en México a través una agenda integral dedicada a prevenir, denunciar, sancionar y erradicar la corrupción e impunidad sistémicas que prevalecen en los sistemas público y privado de nuestro país”. Vaya paradoja con eso del estado de derecho de la oposición.

Ante los señalamientos por presunta corrupción en contra de María Amparo Casar por el supuesto cobro indebido de la pensión de su esposo, los intelectuales de la derecha de doble moral mostraron su apoyo a la analista política mostrando que su ideología está a la orden de una lasciva tendencia a la corrupción. Luego de que un juez de distrito dio un plazo de 24 horas para que Petróleos Mexicanos (Pemex) reintegre el pago de la pensión, Casar publicó un texto: “Agradezco las muestras de apoyo y solidaridad recibidas y hago un llamado a todos los mexicanos y mexicanas que están cansados y hartos de la corrupción. SÍ hay de otra. Sí podemos ser un país sin corrupción. Sí podemos ser un país sin impunidad. Esto no depende de una persona o de un partido. Depende de todas y todos”. Pues con casos como el de Amparo Casar esta difícil ese México que pregona.

Aunque la derecha se vista de pureza es sin duda un fenómeno muy corrupto a favor de las élites conservadoras de “doble moral”, criterio acuñado por el filósofo y escritor británico Bertrand Russell (1872-1970), quien afirmó que la humanidad poseía “una moral que predica y no práctica, y otra que practica y no predica”. Esto significa que los individuos esperan que los demás se comporten de una manera, pero que a ellos les sea permitida siempre una excepción. Esto se interpreta, normalmente, como un síntoma de deshonestidad, de falta de compromiso con los propios ideales o, simplemente, de hipocresía.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JAIME CONTRERAS HUERTA

jcontrerash44@gmail.com

Maestro en Historia por el colegio de San Luis A.C. y Licenciado en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Autónoma de San Luis Potosí.

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