Caballo Cultural
Por Pedro Félix Gutiérrez
Axiología: Patrimonio intangible
Octubre de luna esplendorosa y mística, que invita a soñar y reflexionar y con la información acumulada que poseemos, disfrutar de su naturaleza estética, viendo al conejo -su sombra- en posición fetal.
Y en esta magia simple, singular e inesperada de la noche me cuenta mi amiga chilena Matilda Verónica mientras sus dedos dejan ir una mariposa, que: "todos éramos humanos hasta que la raza nos desconecto, la religión nos separó, la política nos dividió y el dinero nos clasificó".
Así pues tal vez tenía razón León Tolstoi, novelista ruso cuando señaló en una de sus novelas no recuerdo si fue en "Ana Karenina", "La Guerra y la Paz" o " Adolescencia" donde exponen sus ideas sobre la violencia activa: "El reino de Dios está en vosotros", que todo el mundo piensa en cambiar al mundo pero nadie piensa en cambiarse a si mismo.
Y en este brete se impone en nuestra realidad revisar uno de nuestros patrimonios intangibles; los valores que ha decir de las voces sociales han desaparecido en nuestra sociedad.
Gracia es la base de nuestra cultura occidental y fueron Aristóteles, Platón y Sócrates quienes nos dejaron la tarea de seguir pensando sobre su existencia en los seres humanos y las normas para vivir en equilibrio.
Los valores -decía Margarita nuestra profesora de filosofía en la prepa nocturna, son dinámicos y cambiantes, tienen una jerarquía y son subjetivos y objetivos según cada época. Siempre existen, nunca han desaparecido, sólo que no se aplican las más de las veces, aunque todos son deseables y aspiración de norma social.
Sólo que lo social urbano contemporáneo es en estos momentos un reloj descompuesto. Y ahora podríamos jugar con las ideas para ver tipos de valores: Los eternos y universales como la libertad, la bondad, la justicia, el amor, la honradez, la amistad y la paz.
O los de la democracia: Libertad, igualdad, tolerancia pluralismo, equidad, diálogo, justicia y participación.
Y los del capitalismo: Doctrina económica dominante en este momento, productividad lucrativa, autoafirmación, eficiencia, competitividad, lucro y resultados no importa cómo.
Entonces sí que hay una crisis, una incertidumbre, porque la aplicación de nuestra conciencia, perspectiva o modelo de aspiración se individualiza y mezcla de alguna manera en la vida cotidiana los tres modelos descritos y entonces surge el duende de las cosas.
"Sólo acuérdate de transmitir lo más posible con las palabras menos necesarias. Así lo haré Maestro, estoy aprendiendo lo que ya casi nadie nos enseña. Pero a veces las palabras no me alcanzan para expresar todo lo que sentimos frente a tanta angustia, tanto miedo social, tanta hambre y pobreza, neblina, bruma frente a nuestros sorprendidos y desorbitados ojos".
En octubre, la cara oculta de la luna nos dice que en el reflejo traidor de la esperanza -que siempre muere al último- los estados anímicos y psicológicos del hombre de generosa voluntad pueden alentar la vida cotidiana, o como decía Cherteston, reconocido poeta, escritor y novelista inglés: "Nunca nunca perder la fascinación infantil frente al mundo".
De ahí que contestando al interés supuesto de la desaparición de los valores y/o su presencia en el yo de cada quien, de acuerdo a su formación familiar y educativa, vuelva a ser de interés colectivo su discusión cotidiana frente a tanta violencia y subordinación.
Por supuesto a David Hume, filósofo y economista escocés y sus tesis de los valores morales, que anecdóticamente recordamos a un cacique potosino (Gonzalo N. Santos) que decía que "la moral es un árbol que da moras". Reconocer el cinismo de la abulia y la indiferencia y tomar nuestro patrimonio intangible como tema de conversación cotidiana como quien habla de una pieza musical o de una moda.
Y tal vez también quepa Nietzsche, filósofo y poeta alemán. no sólo con sus valores morales, sino sus tesis sobre los valores estéticos: La verdad y la belleza, el bien y el mal.
La ignorancia -ya lo dijimos más de una vez- no sólo se mide por el nivel educativo que hemos alcanzado. Se mide también por la capacidad para indagar sobre el mundo que nos rodea, conocernos a nosotros mismos, el lugar que habitamos y los problemas que enfrentamos como sociedad.
Octavio Paz, dentro de sus propuestas relevantes y significativas del pensamiento contemporáneo, nos dice que "frente al desencanto de los tiempos que corren, donde manda la técnica y el mercado, el ser humano está llamado a escuchar la otra voz, la del propio yo que es interioridad de los demás, que es fraternidad y la de la conciencia de la finitud".
Ver y enseñar a ver para dejar atrás la infancia espiritual.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP
Es académico investigador por la UASLP la cual ha publicado sus libros es considerado buen escritor y poeta sus columnas periodísticas son culturales