Domo de Cristal

Carta de Zedillo sobre Fobaproa: mentiras y comparaciones erróneas

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Por Eduardo Esquivel Ancona

El expresidente Ernesto Zedillo Ponce de León exigió, a través de una carta, que —al igual que ocurrió con el Fondo Bancario de Protección al Ahorro (Fobaproa)— se nombre “a un auditor internacional independiente, de impecable reputación profesional” para auditar los proyectos del gobierno de Andrés Manuel López Obrador.

Al exmandatario neoliberal habría que hacerle algunas precisiones respecto a la misiva que envió a la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo. En primer lugar, el Fobaproa no fue auditado de la manera que él presume. El rescate bancario no generó empleos ni dejó infraestructura, como sí lo hicieron varios de los proyectos impulsados por López Obrador. Además, la Auditoría Superior de la Federación (ASF) ya auditó los principales proyectos de inversión del sexenio anterior.

Otra aclaración importante es que el uso de recursos públicos para pagar las deudas de empresarios privados no representó un rescate para la economía nacional ni para el sistema bancario o de pagos. Fue, en realidad, una operación para salvar a los dueños de bancos que realizaron malos negocios y, en muchos casos, incurrieron en actos de corrupción. Esta medida solo logró endeudar a varias generaciones de mexicanos.

La afirmación del exmandatario priista de que el rescate bancario fue auditado por un auditor internacional independiente no es precisa. Michael W. Mackey, el auditor canadiense contratado por el Congreso en 1999 para evaluar las operaciones del Fobaproa, concluyó que las revisiones realizadas entre 1998 y 1999 estuvieron lejos de constituir una auditoría financiera formal.

En su informe, Mackey dejó claro que su trabajo no fue una auditoría financiera, sino una revisión basada en preguntas específicas acordadas con el Comité de Contrataciones de la Cámara de Diputados. Esto se debió, en parte, a las restricciones de acceso a información impuestas por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), el Fobaproa y diversas instituciones bancarias, las cuales invocaron el secreto bancario para limitar la disponibilidad de documentos clave.

El Fondo Bancario de Protección al Ahorro tuvo como consecuencia una pesada carga de deuda pública y mayores dificultades para que empresarios y emprendedores accedieran al crédito. Esto contribuyó al aumento del desempleo y al cierre de numerosas empresas, en particular pequeñas y medianas.

El Fobaproa provocó un fuerte deterioro económico: la tasa de interés de referencia que cobraban los bancos pasó de 16.96 % en diciembre de 1994 a 70.36 % en marzo de 1995 —más que se cuadruplicó en solo cinco meses—; el tipo de cambio se disparó de 3.44 pesos por dólar a principios de diciembre de 1994 a 7.68 a finales de 1995 —más del doble—; y el Producto Interno Bruto (PIB) cayó 9.07 % en el segundo trimestre de 1995.

En este entorno, el rescate bancario y el incremento en las tasas de interés de créditos hipotecarios y de capital de trabajo —especialmente para las pequeñas y medianas empresas (PyMES)— provocaron que muchas personas no pudieran pagar sus préstamos y perdieran sus viviendas. Asimismo, numerosos empresarios no pudieron cumplir con sus obligaciones financieras y se vieron obligados a cerrar sus negocios, lo que envió al desempleo a miles de trabajadores.

Otro problema que provocó la conversión de deudas privadas en públicas fue que los principales bancos, que concentran más del 60% de las operaciones bancarias del país, fueron adquiridos por inversionistas extranjeros, lo cual representa un riesgo para la soberanía financiera.

La crisis económica de 1994-1995 y el posterior rescate bancario tuvieron efectos devastadores en el empleo formal, lo que impulsó un aumento de la economía informal como mecanismo de supervivencia. Las políticas de recuperación económica del gobierno de Ernesto Zedillo se centraron en la estabilización macroeconómica, pero no abordaron directamente la informalidad laboral.

En contraste, la construcción y operación del Tren Maya, emprendida durante el gobierno del expresidente Andrés Manuel López Obrador, ha generado empleos directos e indirectos. El general Vallejo Suárez informó que el proyecto ferroviario ha creado 170 mil empleos directos y 340 mil indirectos. Se proyecta que los 3,000 kilómetros de vías férreas generarán más de 1.5 millones de empleos directos durante el gobierno de Claudia Sheinbaum.

El Tren Maya también ha sido clave para impulsar el turismo en la región, generando oportunidades de trabajo para las comunidades locales. El secretario de Turismo del Gobierno de México ha destacado que el tren será un detonante para la economía y el bienestar social.

Además de los empleos generados por su construcción, la obra ferroviaria en el sureste del país también impulsa el empleo en sectores como el transporte, el turismo y la logística.

Si bien es cierto que la amortización de la inversión en el Tren Maya tomará muchos años, los empleos generados y la derrama económica que produce en regiones del sur de Quintana Roo —históricamente marginadas— son ya una realidad.

Por otro lado, la construcción de la refinería de Dos Bocas generó empleo para más de 35 mil personas. En su etapa operativa, se estima que 10 mil personas contarán con empleo permanente. Este complejo petroquímico en Tabasco contribuye a la reducción de importaciones de gasolina y al objetivo de alcanzar la soberanía energética del país. La inversión en la refinería, cercana a los 150 mil millones de pesos, no fue deuda, sino presupuesto público; por lo tanto, debe considerarse una inversión, no un gasto.

Asimismo, la edificación del Aeropuerto Internacional Felipe Ángeles (AIFA) y su funcionamiento han generado miles de empleos directos e indirectos. Durante su construcción se estima que se crearon 167,706 empleos directos y 253,568 indirectos. Además, las obras de acceso al aeropuerto han generado más de 2,500 empleos directos y 7,500 indirectos. Actualmente, el AIFA es el aeropuerto que moviliza más carga en todo el país y ya opera con rentabilidad, es decir, con ingresos superiores a sus gastos operativos.

En conclusión, podemos afirmar que la carta enviada por el exmandatario Ernesto Zedillo a la presidenta de México, Claudia Sheinbaum Pardo, está llena de afirmaciones falsas y se equivoca al comparar peras con manzanas. El Fobaproa no generó empleos ni infraestructura para el país, como sí lo hicieron los proyectos del expresidente López Obrador. Además, la deuda del rescate bancario dejó una carga financiera que afectará a más de tres generaciones de mexicanos.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

EDUARDO ESQUIVEL ANCONA 

@esquivelancona

Economista; así, sin muchas explicaciones.

Hijo de padres yucatecos, pero nacido en la Ciudad de México (21 de junio de 1958), Eduardo Esquivel Ancona estudió la licenciatura en Economía en la UNAM y se tituló con la tesis “La política comercial de México frente al neoproteccionismo mundial 1970-1989”. Dirige el portal SDP Noticias, medio que surge como blog ciudadano fundado por Víctor Hernández como “El Sendero del Peje” (SDP) 2004, y que a la salida de Federico Arreola de “Milenio” se convierte en “Sociedad de Periodistas”.

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