Reina del mediodía

Por Jorge Ramírez Pardo

ERICK MEYENBERG, MEXICANO EN LA BIENAL DE VENECIA 2024

-De la frontera a la migración-

Perteneciente a la generación Millennial, Erik Meyenberg, pintor mexicano con ascendente de migrantes armenios y artista contemporáneo multidisciplinario, cuenta ya con consistente trayectoria; ello gravitó en su favor para ser elegido para representar al país en el pabellón mexicano de la 60ª edición de la Bienal de Venecia 2024.

 

De entre sus múltiples creaciones y ejercicios experimentales, sobresale la ejecución de una gigantesca pintura plasmada en el muro fronterizo México/EEUU en favor de la naturaleza, en el tramo Tecate-Tecatito.

 

Con el título del mural Las flores palidecen al atardecer, Meyenberg quiere generar consciencia a través de colores, texturas y performance la afectación de este muro hacía más de mil especies de flora y fauna que habitan a su alrededor.

 

El mural se mantiene en la línea fronteriza –del lado mexicano- como bandera de lucha para defender la supervivencia de las especies y evitar el continuo deterioro del medio ambiente.

 

El artista de 41 años, se basó en el estudio Nature Divided, Scientists United: US–Mexico Border Wall Threatens Biodiversity and Binational Conservation, publicado en el 2018, que alerta la degradación y posible extinción de animales y plantas endémicas.

 

La cerveza artesanal Cucapá  forma parte del impulso de este proyecto. Es producida en Mexicali y le definen como de alma fronteriza, con actitud disruptiva, de apoyo cultural, espíritu nómada y fiel a la expresión artística con sus valores.

 

“Desde que escuchamos la propuesta de Erick nos alineamos al proyecto. Sabemos que el muro que divide a nuestro país de Estados Unidos impacta al medio ambiente con consecuencias verdaderamente alarmantes. Por esta razón, hoy queremos estar unidos para transformar esta realidad y ser la voz de quienes no pueden gritar”.

CONSTANTES CREATIVAS

El conjunto de obra artística de Erick Meyenberg, se caracteriza por ser interdisciplinaria. Combina pintura como elemento fundamental de expresión, con instalación sonora, dibujo, collage, video y el performance. En su trabajo, muestra un interés especial por la literatura, la historia, las ciencias sociales y las ciencias naturales.

Para Meyenberg el arte es una herramienta que ayuda a desenterrar ese cúmulo de capas históricas que quedan olvidadas, haciendo que todos los elementos se pongan en juego para llegar a un ‘todo estético’.

Trayectoria

Erik estudió Artes Visuales en la Escuela Nacional de Artes Plásticas de la UNAM y una maestría en Artes Visuales en la Universität der Künste, Berlín, donde colaboró con la artista alemana Rebecca Horn.

Su obra se exhibe en varias partes del mundo, y forma parte de las colecciones del:

  • Instituto Nacional de Bellas Artes (INBAL)
  • Museo Universitario de Arte Contemporáneo (MUAC/UNAM)
  • Museo Amparo (Puebla)
  • Fundación Telefónica (México)
  • Fundación Benetton (Italia)

 

Link para video donde el artista se presenta: https://www.youtube.com/watch?v=ANuB3fYDRgo

EN LA BIENAL

Por los méritos alcanzados, según se consignó al inicio, Erik es el artista mexicano seleccionado para representar a México en La Biennale di Venezia 60, con la muestra multidisciplinaria titulada:

Nos marchábamos, regresábamos siempre

Se trata de una videoinstalación creada por Erik Meyenberg, con apoyo de la curadora Tania Ragasol; la obra, según sus artífices, se erige como un proyecto de resonancia internacional, y dialoga con la temática general, Extranjeros por todas partes, planteada por Adriano Pedroza, director del Sector de Artes Visuales y curador de la Exposición Internacional de Arte de la Bienal de Venecia. 

El Instituto Nacional de Bellas Artes y Literatura, a través de un comunicado, así avala la selección mexicana para su pabellón en Venecia: “Nos marchábamos, regresábamos siempre” destacó por su propuesta conceptual, teórica y artística, en torno a la reflexión sobre el asilo migratorio que forma parte de la historia de México, país donde la diversidad cultural nutre las miradas de quienes plantean romper muros y fronteras a través de los diálogos artísticos, y que es reconocido internacionalmente por abrir sus puertas a refugiados que salieron de sus lugares de origen por diversas cuestiones políticas, sociales o económicas, permitiendo la inmigración de familias enteras de orígenes diversos”.

La videoinstalación, diseñada para el Pabellón de México, buscará evocar de manera poética el desplazamiento y, al mismo tiempo, el arraigo que representan las reuniones familiares alrededor de la mesa, la comida, las charlas, la música, el sentido celebrativo de la vida e incluso la solemnidad de la ausencia, las llegadas y partidas, o el compartir sueños sobre un futuro más favorable para todos.

Este proyecto tiene también el objetivo de activar un ejercicio de memoria comunitaria en torno a la asimilación y la permanencia, de lo que se va y lo que se queda como resultado de los movimientos y las ausencias.

“Será un homenaje y una invitación a la apreciación de lo extraño para imaginar posibilidades desde la nostalgia en lo íntimo común: un beso, un saludo o un adiós como lo vital universal más allá de las fronteras”.

 

EL CONJUNTO

La instalación se compone de un espacio integral centrado en una larga mesa rectangular, sobre la cual se exhibe una vajilla creada por el propio artista. Un impresionante ambiente sonoro, iluminación y enormes pantallas de 4 por 7 metros, proyectan una imagen borrosa de una familia reunida alrededor de una mesa en el campo, concebido para generar una atmósfera envolvente que evoca emociones y sensaciones relacionadas con la idea de separación y pérdida que experimentan los migrantes al dejar atrás su lugar de origen.

La convivialidad del banquete se vincula con un ritual que temporalmente devuelve al individuo su sensación de pertenencia, al estar rodeado de su familia. La mesa parece lista para acoger a los comensales, aunque no está claro si ya han comido o están a punto de hacerlo. En este ambiente, imaginamos risas, lágrimas, abrazos y recuerdos que emergen alrededor de ella.

Los platos sugieren una presencia fugaz que ha interesado a otros artistas, como Daniel Spoerri (1930), mientras la escenificación evoca los bodegones barrocos españoles, donde la luminosidad de los objetos dialoga con la penumbra del fondo.

Ragasol explica. El proyecto explora el aspecto del migrante como una condición universal de pérdida y cuestiona el significado de pertenencia. “Nos habla de lo más primigenio del ser humano, como el desarraigo, el amor, la tristeza, el odio, el luto.

Para destacar esta condición de limbo, hemos desdoblado los objetos presentes a través de reflejos, como la proyección de formas y colores en el piso negro brillante que hemos elegido intencionalmente, para evocar recuerdos y sensaciones fugaces que se agitan en la memoria.

Pradera de las Lágrimas

También hay una silla vacía con los restos de velas encendidas que, según la curadora, evoca el antiguo ritual albanés de encender una vela en la Pradera de las Lágrimas, como augurio del regreso del ser querido.

Este pabellón está inspirado en la historia personal de Erick Meyenberg, ya sea como hijo de migrantes o por su conexión personal con una familia albanesa emigrada en Italia, que fue su fuente de inspiración. “Es una familia muy especial –dice el artista– que utiliza la comida, el canto, el baile y la poesía albanesa para comunicarse, así como para volver a crear su tierra en cada comida. Cuando lo vi, sentí una nostalgia de algo que yo no tuve en mi infancia por mis orígenes libaneses, porque mis abuelos decidieron cortar completamente con el Líbano, lo que me generó un fantasma afectivo muy grande. Son culturas diferentes, pero hay algo en los sabores, la emoción, en ese cariño que hay en los libaneses, en el contacto físico, que reconocí en ellos.

La sensación de un migrante es de ser un híbrido, de no pertenecer ya ni al país de origen, comenta Meyenberg.

Junto con la instalación, Erick realizó un performance que se escenificó hasta el 22 de abril. “Este performance –añade– está compuesto por tres bailarines que representan la pérdida, y uno de ellos, completamente desnudo, simboliza la vulnerabilidad de su condición.”

 

Nota: Con información de Alejandra Ortiz Castañares, La Jornada, 24 de abril de 2024, e indagatorias propias.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JORGE RAMÍREZ PARDO

galloenredarte@outlook.com

Periodista cultural y divulgador científico

Potosino, con estudios de Cinematografía y de Periodismo en la UNAM. Realizador de cine. Docente en la UNAM, Colsan e ILCE/OEA y (actualmente) en el Centro Universitario de las Artes de la UASLP. Tallerista para UNAM, SEP y Unesco, en tecnológico, universidades mexicanas y para el ministerio de Educación de El Salvador. Productor del diario fílmico CINECLUB enred@rte.

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