Ajedrez Huasteco
EL CIENÓN
#editorial
Por Jesús Sierra

Hubo un conocido operador político oriundo de la zona tének del municipio de Ciudad Valles, de nombre Zenón. Después de la primera campaña política en que prestó sus servicios, la raza mahuaquitera, de cariño, le puso el sobre nombre de "cienón"; luego, en la siguiente, le cambiaron el mote por el de quinientón y así sucesivamente en cada elección municipal.
Conocí también a un singular personaje dedicado a la tocada de músca en bodas y bautizos, que un buen día y por mera casualidad del destino entendió que ese asunto de la operación política le dejaba más dinero con menos esfuerzo, en comparación con la complicada actividad de transportar instrumentos musicales, equipo de sonido y desvelarse hasta muy tarde entreteniendo concurrentes. Un día de plena etapa electorera lo encontré cabizbajo en un negocio de café del pueblo; al saludarle y cuestionarle el por qué de su tristeza, me dijo muy decepcionado: “Es porque no habrá de perdido unos 20 candidatos” pues en esa contienda electoral municipal solo había 2, y como ya le había agarrado el gusto a eso de operarles y recibir beneficios a cambio, pues calculaba que “con 20 si me rayo bonito”, me aseguró con un amplio suspiro.
Y en esa generación de operadores políticos hubo profesores, amas de casa, albañiles, carpinteros, mecánicos, ayudantes generales y hasta ciudadanos sin oficio que le encontraron el modo a eso de arrimarle votos a los candidatos, que una vez ganados, se convirtieron en flamantes empleados públicos que ocuparon cargos sin saber de qué se trataba, sin experiencia curricular, sin la debida preparación profesional que requiere el servicio público y sin cumplir con ningún requisito, justificando esta condición con el repetido y socorrido slogan: “Me la merezco”.
En este preciso momento no tendríamos manera de saber el daño social y político que los improvisados del servicio público le han causado a la sociedad, tanto en ineficiencia gubernamental como en aportaciones del erario a sus salarios y prestaciones, además de que muchos de ellos lograron enquistarse como trabajadores sindicalizados de las administraciones municipales, engrosando la carga económica para los ayuntamientos.
Cada tres años los vemos desplegados en los meses previos a las elecciones en los pueblos huastecos. Sabemos quiénes son y nos queda claro a qué se dedican; ya son parte del folclor de la polaca. Casi todos ellos se benefician en la época electorera pero también hay algunos que, al final, no obtienen nada, pues también hay que decirlo, en este abarrote de la polaca algunos corretean la liebre, y otros la agarran.
Al final, los operadores profesionales saben que las caminadas y el pasar hambres promocionando candidatos, bien vale un puesto en los ayuntamientos que les garantice la quincena al menos por tres años, o más si se les ponen de modo, aunque las nóminas ya estén a tope.
Así las cosas.

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

JESÚS SIERRA
Abogado por la UASLP. Experto en acceso a la información, transparencia y rendición de cuentas. Colaborador y columnista en varios medios de comunicación entre ellos Ajedrez Político SLP. Radica en Ciudad Valles, la puerta grande de la Huasteca potosina.