Domo de Cristal

Flagelo del huachicol, una herencia del neoliberalismo

Tengo otros datos

Por Eduardo Esquivel Ancona

  • El robo y contrabando de combustibles tiene su origen en los gobiernos neoliberales desde la década de los noventa, y no comenzó con la 4T.
    • El contrabando y robo de combustibles en México, conocido como huachicol, no inició durante el sexenio del presidente Andrés Manuel López Obrador, como pretende hacer creer la narrativa de la oposición y diversos medios de comunicación contrarios a los gobiernos de la Cuarta Transformación (4T).

      Este delito tiene raíces de varias décadas atrás, aunque ha evolucionado y crecido en escala con el tiempo. Originalmente, el robo de combustible se realizaba a pequeña escala, pero el fenómeno se transformó drásticamente con la participación del crimen organizado.

      Los primeros registros significativos de robo y contrabando de combustibles en territorio nacional datan de la década de los noventa, cuando comenzaron las perforaciones clandestinas a los ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex).

      De acuerdo con datos de la petrolera estatal, aunque el robo de combustibles se remonta a los años ochenta —principalmente en zonas como el “Triángulo Dorado” de Puebla—, fue durante los sexenios de Felipe Calderón y, sobre todo, de Enrique Peña Nieto cuando se registró un incremento exponencial en las tomas clandestinas.

      El gobierno de Vicente Fox inició con 132 tomas clandestinas y concluyó su sexenio, en 2006, con 213. Para 2007, primer año de gobierno de Calderón, se contabilizaban 324 tomas, y al cierre de su administración, en 2012, ya eran mil 635.

      Durante el sexenio calderonista, el mayor aumento ocurrió entre 2010 y 2011, cuando las tomas ilegales pasaron de 691 a mil 361, prácticamente el doble en un solo año.

      Con Enrique Peña Nieto, el crecimiento fue aún más drástico. En 2012, al término del gobierno de Calderón, Pemex registraba mil 635 tomas; para 2017, la cifra había escalado a 10 mil 363.

      Entre 2013 y 2018 se vivió el auge del huachicol: más de 100 millones de barriles fueron robados de refinerías, terminales y ductos, con un costo superior a los 3 mil millones de dólares solo en 2018, según estimaciones.

      La liberalización de los precios de los combustibles en 2016 incrementó el contrabando de gasolinas y diésel desde Estados Unidos hacia México, con la aparente complicidad de aduanas de ambos países.

      El robo de hidrocarburos a los ductos de Pemex se consolidó como un crimen constante durante casi dos décadas, con un incremento sostenido entre sexenios. Hasta noviembre de 2018 se habían reportado 47 mil 090 tomas clandestinas en al menos 27 estados del país.

      Durante el gobierno de López Obrador, el número de tomas clandestinas disminuyó, aunque el ilícito no se ha erradicado por completo.

      En el primer trimestre de 2025, según datos del IGAVIM, se registraron 2 mil 444 tomas clandestinas, una reducción del 19.53 % respecto al mismo periodo del año anterior. No obstante, el problema persiste con fuerza. Hidalgo encabeza la lista de entidades con más tomas, seguido por Jalisco, Tamaulipas, Guanajuato y Querétaro.

      A través de una sofisticada red de contrabando y manipulación aduanera, el llamado “huachicol fiscal” ha permitido el ingreso ilegal de millones de litros de gasolina y diésel al país bajo etiquetas falsas —como lubricantes o aditivos—, con el fin de evadir impuestos.

      La internación ilegal de combustibles, conocida como huachicol fiscal, se detectó desde la apertura del mercado de importación en 2016 —tras la reforma energética—. La baja temporal en los precios internacionales durante la pandemia volvió aún más atractiva esta actividad, que ha fluctuado en los últimos años.

      Los grupos dedicados a este esquema de contrabando introducen grandes volúmenes de gasolina y diésel a México registrándolos como productos exentos del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS).

      De acuerdo con informes del Servicio de Administración Tributaria (SAT), durante 2023 ingresaron al país de manera ilícita 66.7 millones de barriles de combustibles, equivalentes al 14 % de la demanda total de gasolina y diésel, mercado cubierto en gran parte por Pemex y empresas importadoras.

      La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo ha manifestado su determinación de acabar con este flagelo, tanto el robo de combustibles en los ductos de Pemex como el huachicol fiscal.

      El pasado 7 de septiembre, el secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch, informó la detención de 14 personas presuntamente vinculadas con una red de contrabando de combustibles, derivada del megadecomiso de 10 millones de litros de diésel en Tampico, Tamaulipas, ocurrido en marzo de este año.

      En conferencia de prensa, García Harfuch detalló que entre los detenidos hay tres empresarios, cinco marinos en activo, uno en retiro y cinco exfuncionarios de aduanas.

      Las acciones emprendidas por el gobierno de Sheinbaum para frenar el robo de combustibles y el huachicol fiscal reflejan la voluntad de su administración de erradicar definitivamente este delito heredado del periodo neoliberal.

    Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP.

    EDUARDO ESQUIVEL ANCONA 

    @esquivelancona

    Economista; así, sin muchas explicaciones.

    Hijo de padres yucatecos, pero nacido en la Ciudad de México (21 de junio de 1958), Eduardo Esquivel Ancona estudió la licenciatura en Economía en la UNAM y se tituló con la tesis “La política comercial de México frente al neoproteccionismo mundial 1970-1989”. Dirige el portal SDP Noticias, medio que surge como blog ciudadano fundado por Víctor Hernández como “El Sendero del Peje” (SDP) 2004, y que a la salida de Federico Arreola de “Milenio” se convierte en “Sociedad de Periodistas”.

    Anteriores: