ACAPULCO SIGUE EN EL APOCALIPSIS QUE DEJÓ OTIS Y PIDE LA AYUDA DE TODO MÉXICO
A cuatro días del impacto del huracán Otis categoría 5 catastrófico en Acapulco, Guerrero, la ayuda empieza a llegar pero continúa la desesperación de la gente, los saqueos no sólo de comida sino de artículos ajenos a paliar el hambre y la sed. Los sectores piden a la federación y al Gobierno del Estado actuar contra el caos y desgobierno que aún privan en un lugar donde siguen brotando escenas apocalípticas de fallecidos por increíble fenómeno meteorológico, todo un monstruo, que destrozó el icónico puerto turístico.
Las rapiñas seguían ante los ojos de los cuerpos de seguridad que, atónitos, se encuentran rebasados por la crisis que generó este desastre natural. Ante la falta de agua, luz y víveres los habitantes del puerto buscan organizarse a como dé lugar para obtener información y recursos, sin embargo, hay quienes también han aprovechado para robar lo que sea que quede en las tiendas.
Comida, lavadoras, refrigeradores, televisiones, motocicletas, refacciones, no hay distingo, todo lo que sirva es rapiñado. Ante esta incertidumbre, en las principales calles de Acapulco se ven a decenas de acapulqueños deambular en busca de enseres, comida y, ante la desesperación de encontrarse a la deriva del caos, optan por sumarse a los saqueos.
Ejército, Marina y Guardia Nacional han tomado el control tras el paso del huracán Otis, pero en las colonias de Acapulco, en los cerros que rodean la zona hotelera, la población sigue clamando por ayuda.
“Necesitamos al Ejército, a Protección Civil, o a alguien que nos ayude. Porque aquí arriba, en las colonias del cerro que no son turísticas, estamos abandonados y olvidados”, relató para Animal Político doña Esther, habitante de la colonia Providencia, donde el paso del huracán Otis dejó una escena propia de una película bélica.
"Las calles empinadas que llegan a la parte alta del puerto están arrasadas por el lodo, las piedras, regueros de agua negra y un incontable número de postes de luz quebrados y tirados sobre las modestas viviendas que perdieron los techos de lámina. Como en el resto de la ciudad, no hay luz, ni agua, ni tampoco están llegando víveres ni medicamentos para una población que, en su mayoría, es adulta mayor. El olor fétido de animales muertos y de basura fermentando al sol ante la falta de servicios municipales lo impregna todo", consignó el sitio de noticias.
“Los hombres de la misma colonia son los que se están organizando para ayudarse y retirar los árboles y los cables de los postes de luz. Porque aquí aún no ha llegado nadie con ayuda. Y nadie es nadie”, dice con el ceño fruncido Doña Esther, que es madre de tres hijos.
Por su parte, hoy El Universal informa que los acapulqueños buscan a sus muertos y la ayuda se estanca. La señora Trinidad señaló que cinco conocidos suyos fueron arrastrados por el río y sólo han encontrado uno. Se pide a toda la población de México solidarizarse con nuestros hermanos de Guerrero y no dejarlos solos, acudir a los centros de acopio de todo el país para seguir canalizando agua, víveres y toda la ayuda que puedan.