CIENTOS MARCHAN PARA EXIGIR PAZ Y JUSTICIA EN SALVATIERRA

Alrededor de 400 personas participaron ayer en Salvatierra en una marcha pacífica y silenciosa para honrar la memoria de los 11 jóvenes que fueron asesinados por un comando armado el pasado domingo 17 de diciembre en una ex hacienda, masacre que ha conmocionado a México y que al gobernador de Guanajuato, Diego Sinhue Rodríguez Vallejo, no le dio una sola palabra. Los reporteros lo interceptaron para cuestionarlo y se excusó:
- Gobernador, ¿qué información tiene sobre Salvatierra?
- “Denme chance. Vamos tarde a la sesión solemne”.
El mandatario con más homicidios dolosos en el país no quiso contesta ninguna pregunta, se abrió paso entre los reporteros y caminó a toda prisa para salir del Congreso del Estado en donde encabezó la ceremonia por los 200 años de Guanajuato. La mala actitud del gobernador panista quedó grabada en video que rápido se viralizó y le mereció diferentes comentarios en contra como "la violencia, muerte y la delincuencia organizada: Es el gobierno del PAN en Guanajuato" por parte de internautas como David Vargas Araujo.

Por la tarde, familiares y amigos de los 11 jóvenes, así como decenas de ciudadanos de Salvatierra, marcharon de manera silenciosa para honrar la memoria de las víctimas, así como exigir justicia y paz.
Vestidos de blanco, portando veladoras, flores y globos blancos, decenas de personas se reunieron después de las 6 de la tarde en el Jardín Principal de Salvatierra, para comenzar la marcha. En completo silencio, las más de 400 personas caminaron un par de cuadras en el centro de la ciudad.
La marcha fue encabezada por familiares de Thalía Cornejo que portaban la foto de esta joven de 25 años, exreina de la Feria de la Candelaria de Salvatierra. La familia de Macarena Becerril también portó una foto de la joven, reconocida por su labor altruista. El papá de Galileo, Luis Almanza, dijo que la marcha y el apoyo de la gente son muestra de que sus hijos e hijas no eran parte de ningún grupo delictivo y eran buenos muchachos que no merecían morir de esa forma.
Las personas caminaron hasta llegar a la Explanada del Carmen, en la zona centro, y allí, al pie del árbol navideño, instalado por las autoridades para las fiestas decembrinas, colocaron veladoras a su alrededor para pedir por el descanso de los 11 jóvenes asesinados. Asimismo se colocaron algunas cartulinas. Una de ellas decía: “Queremos justicia”.

Los familiares y amigos de las víctimas hicieron un pase de lista de los 11, momento emotivo que arrancó lágrimas incluso de reporteros y policías que vigilaban el lugar, ya que en ese momento comenzaron a sonar las campanas del Santuario de Nuestra Señora de la Luz.
“Galileo Almanza Lezama. ¡Presente! David Hernández. ¡Presente! Irving Ruiz. ¡Presente! Antonio Sánchez. ¡Presente! Marco López. ¡Presente! Emiliano Vargas. ¡Presente! Héctor Almaraz. ¡Presente! Thalía Cornejo. ¡Presente! Macarena Becerril. ¡Presente! Alberto Ramírez. ¡Presente! Juan Luis García. ¡Presente! Por todos los 11 amigos queremos justicia. Queremos paz”, llamó Luis Almanza, padre de Galileo, visiblemente dolido.
Las declaraciones del presidente Andrés Manuel López Obrador, en las que relacionaba el crimen con el tráfico y consumo de drogas, ha caído muy mal en la población.
“Yo meto las manos al fuego por todos esos niños asesinados. Nadie consumía nada. Acá es pueblo chico y todo se sabe, lo que pasa es que ante la incapacidad viene la mentira y el pretexto”, señaló el tío de una de las víctimas.
Luis Almanza, padre de Galileo Almanza Lezama, otro de los jóvenes ultimados, dijo que la población en general teme a los criminales de la región, y recordó que las autoridades saben en dónde están y qué crímenes han cometido, pero no hay respuesta y las consecuencias terminan siendo funestas.
“Es muy doloroso. Estamos destrozados. Claro que tenemos miedo. Todo mundo tiene miedo. Conocemos gente que ha sido levantada por el Cártel Santa Rosa de Lima y los han matado, pero ya sabe, no pasa nada, hay mucha complicidad”, reclamó.
Según Luis Almanza, su hijo estudiaba en la Universidad Latina, en Celaya, la misma escuela en donde estudiaban los médicos celayenses asesinados hace un mes.
Últimamente Galileo Almanza trabajaba en un centro de verificación vehicular, y es que el joven también tenía un hijo de solamente siete años de edad. Poco después de las 20 horas, la manifestación culminó y los habitantes de Salvatierra volvieron a sus casas, ya que garantizaron que el pueblo no es un lugar seguro en la noche.
