DESDE EL AÑO 2020 SLP ES CONSIDERADO ZONA SÍSMICA

Desde el año 2020 el estado de San Luis Potosí está confirmado y considerado como  zona sísmica en el Atlas de Riesgo con municipios clasificados como zonas A y B. Los municipios del altiplano se encuentran en la región A y el resto de los municipios están ubicados en la región B.

La mayoría de estos eventos pasan desapercibidos para la población pero se han dado casos en que sí se sienten sus efectos y se han tenido que desalojar edificios y dependencias públicas. Las fallas geológicas provocan los movimientos telúricos que se producen cuando la energía acumulada en un momento dado supera la capacidad de las rocas para soportarla, lo cual provoca un desequilibrio y en consecuencia un temblor. 

Un sismo puede contener un movimiento oscilatorio o trepidatorio, es decir, las ondas sísmicas se propagan a todas direcciones provocando un movimiento horizontal y vertical. Pueden combinarse y provocar más daños como ya ha ocurrido.
Un sismo oscilatorio se presenta cuando el movimiento es horizontal y se produce una especie de balanceo. Se siente que la tierra se mueve de un lado a otro como una mecedora. Los componentes de las ondas sísmicas se atenúan mientras se expanden y al llegar a suelo blando, el movimiento horizontal se amplifica.
Las ondas sísmicas se propagan en todas direcciones provocando el movimiento del suelo tanto en forma horizontal como vertical. Cuando la componente vertical del movimiento es mayor que las horizontales y se dice que el movimiento es trepidatorio. Siempre hay un epicentro.

De acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional (SMN), la magnitud de un sismo es un número que busca caracterizar su tamaño y la energía liberada. Se mide en una escala logarítmica, de tal forma que cada unidad de magnitud corresponde a un incremento de raíz cuadrada de 1000, o bien, de aproximadamente 32 veces la energía liberada. La manera más conocida y más ampliamente utilizada para clasificar los sismos es la escala de magnitud o de Richter.