NETANYAHU PIDE PERDÓN Y BORRA TUIT QUE CULPABILIZABA A FUERZAS DE SEGURIDAD ISRAELITAS POR ATAQUE DE HAMÁS

El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, se vio envuelto hoy domingo en su mayor polémica interna desde el ataque de Hamás del pasado sábado 7 de octubre. En medio de un creciente enfado por su rechazo a asumir responsabilidades por el fiasco político y de seguridad que llevó a la muerte de más de mil 400 personas, Netanyahu publicó un tuit que acabó borrando. 

El contenido respondía indirectamente a una pregunta que un periodista de la radio militar israelí le formuló ayer sábado 28, tres semanas después de la incursión y ataque terrorista de Hamás a territorio israelí, cuando se supone que sus servicios de inteligencia son los más eficientes del mundo.

En su primera rueda de prensa desde la catástrofe, en la que se le cuestionó si había recibido informes militares en los meses previos alertando sobre la creciente posibilidad de una guerra. Luego de su rueda de prensa, Netanyahu tuiteó: “En ningún momento ni fase el primer ministro Netanyahu recibió una advertencia sobre las intenciones de guerra de Hamás. Al contrario, todos los responsables de seguridad, incluido los de inteligencia militar y del Shin Bet [los servicios secretos en Israel y Palestina], estimaban que Hamás estaba disuadido e interesado en un acuerdo”.

Con el ambiente ya caliente contra Netanyahu, el tuit no pasó desapercibido. Sobre todo porque señala directamente a dos personas -Aharon Haliva y Ronen Bar- y porque los estamentos político y militar libran una batalla bajo la mesa sobre la culpa de no percatarse del ataque y se libra a través de filtraciones. 

Benny Gantz, político con prestigio en Israel, pidió al primer ministro que se retractase. También el ex primer ministro Yair Lapid le reclamó a Netanyahu haber cruzado “una línea roja”. Por su parte, Gabi Ashkenazi, exministro de Relaciones Exteriores y jefe del Estado mayor, manifestó su molestia. 
Ante la avalancha de críticas, Netanyahu no tuvo más remedio que escribir en su cuenta de X, entes Twitter: “Me equivoqué. Las cosas que dije después de la conferencia de prensa no deberían haber sido dichas y me disculpo por ello. Doy mi total respaldo a todos los jefes de las fuerzas de seguridad”, finalizó.

Uno de los eventos más dolorosos del ataque terrorista de Hamás fue su incursión, con total impunidad, al festival de música Tribe of Nova, en el sur del país, organizado por los hermanos Osher y Michael Waknin. Imágenes tomadas de redes sociales.

Querían celebrar “la amistad, el amor y la libertad infinita” y lo que los asistentes recibieron fueron golpes, balas, torturas, violaciones a mujeres y secuestros. Toda una masacre erigida en símbolo del ataque sin precedentes contra Israel lanzado por el movimiento palestino Hamás y que los servicios de inteligencia más sofisticados del mundo no vieron venir ni alertaron en sus escenarios.

Había 3 mil 500 personas entre israelíes y extranjeros, asisten desde el viernes al evento en el sur del país. Montaron tres escenarios con DJ´s de todo el mundo, una zona de acampada, bares para abastecer a los festivaleros en un recinto al aire libre situado en el desierto del Néguev, a cinco kilómetros de la frontera con la Franja de Gaza.

Al amanecer del sábado 7 de octubre todo se convirtió en una pesadilla para los jóvenes seguían bailando cuando de repente la música tecno se detuvo a las 6:30 am cuando a lo lejos se empezaron a escuchar ruidos de movimiento de vehículos a la que siguieron explosiones que invadieron el cielo color naranja al amanecer. Hasta ese momento la llamada "Cúpula de Hierro", el sistema de defensa antiaérea de Israel, interceptó los primeros cohetes lanzados por el grupo islamista Hamás desde Gaza.

En ese momento, comenzó la persecución. Los asaltantes abatían metódicamente a quienes se cruzaban en su camino, indiscriminadamente. Los agentes de seguridad y policías presentes se vieron rápidamente desbordados y fueron también blanco de los ataques.

Todo el mundo corrió para salvar su vida: algunos hacia los campos que rodean el lugar, otros intentaron llegar a sus vehículos en los dos aparcamientos del festival. Tres horas después del inicio del ataque, los milicianos de Hamás seguían con su masacre sin encontrar resistencia.

Varios supervivientes explicaron a los medios que esperaron incluso siete horas a que el ejército israelí los rescatara. Los primeros socorristas en llegar descubrieron con horror el alcance de la matanza: 270 muertos.