CÓNCLAVE SE ADELANTÓ A DESCRIBIR LA LUCHA POR LA SUCESIÓN PAPAL EN EL INTESTINO DEL VATICANO, ASÍ COMO LAS ALIANZAS INTERNAS DEFINITORIAS EN EL DESENLACE DE LA ELECCIÓN

En medio de conmoción mundial por la muerte del Papa Francisco,  la película Cónclave se ha vuelto tendencia en medios de comunicación y en redes sociales además de las especulaciones de quién será el nuevo sucesor de San Pedro La película protagonizada por Ralph Fiennes recibió 8 nominaciones al Oscar y ganó la estatuilla al Mejor Guion Adaptado 2025, se centra en una sucesión papal como la que se inicia en estos momentos.

Estrenada el 25 de octubre de 2024, Cónclave ya había captado la atención por su retrato sobrio del Vaticano y su mirada crítica, pero respetuosa, sobre los mecanismos de poder en la Iglesia Católica.

Con la muerte del Papa Francisco, la película adquiere un peso simbólico mucho mayor. El relato de la cinta no solo se vuelve más actual: se transforma en un espejo de los debates que hoy marcan el futuro del catolicismo.

El filme inicia tras el fallecimiento de un Pontífice y nos introduce en el corazón del Vaticano, donde los cardenales se preparan para elegir a su sucesor. Lejos de ofrecer una historia de intriga al estilo hollywoodense, Cónclave opta por una narrativa contenida, reflexiva, densa en atmósfera y cargada de simbolismo.

Más allá del retrato institucional, Cónclave habla de poder, de fe, de ética y de humanidad. El filme expone cómo las decisiones espirituales también están atravesadas por intereses políticos, por estrategias y por temores, pero sin perder de vista que detrás de cada sotana hay una persona enfrentada a sus propias contradicciones.

El director Edward Berger, reconocido por el filme "Sin novedad en el frente", construye una experiencia cinematográfica rigurosa y elegante. Utiliza la arquitectura vaticana como un personaje más: opresiva, majestuosa, testigo de secretos y silencios seculares.

La adaptación de la novela homónima de Robert Harris corre por cuenta de Peter Straughan, y el guion es uno de los puntos más altos del filme. Aquí, las palabras pesan más que las acciones. A través de diálogos intensos, breves e incómodamente sinceros, los cardenales exponen las tensiones que desgarran al Vaticano:

El elenco está liderado por Ralph Fiennes, que interpreta a un cardenal introspectivo, sensible y cargado de dudas. Su actuación es sutil, profunda, y representa a un tipo de liderazgo espiritual más cercano a la conciencia que al dogma.

Lo acompañan con gran solidez Stanley Tucci, John Lithgow e Isabella Rossellini, quienes encarnan diferentes posturas dentro del cónclave: desde el reformismo hasta el conservadurismo más intransigente. Cada uno aporta una capa de complejidad que enriquece el conjunto coral.

Los gestos, silencios y miradas son tan elocuentes como las palabras, y eso habla del nivel de dirección y de interpretación.

En el contexto actual, donde la muerte del Papa Francisco deja vacante el trono de San Pedro y obliga a la Iglesia a mirar hacia adelante, Cónclave funciona como una suerte de ensayo visual de lo que podría pasar: La lucha por la sucesión, las alianzas internas, el miedo al cambio y la urgencia de no perder conexión con el mundo moderno.