Gambito de Dama

Por Marcela Acosta

Palestina, entre dos infiernos

“Una era construye ciudades. Una hora las destruye.”

Séneca (2 AC-65)

En los conflictos armados lo primero que lamentamos son las pérdidas humanas, después la pérdida de los hogares, vida cotidiana, ciudades (patrimonio material), costumbres y tradiciones (patrimonio vivo o inmaterial)

 

A raíz del conflicto Israel-Hamás hemos visto escenas de terror y devastación por los bombardeos incesantes de Israel sobre Gaza.

 

Recordemos que después de la Segunda Guerra Mundial y tras la destrucción masiva del patrimonio cultural, la ONU aprobó la Convención de La Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado (1954) que es el primer marco legislativo internacional que establece los compromisos de los Estados que la suscriben para proteger los bienes culturales (muebles e inmuebles) en caso de conflicto armado, respetando el patrimonio cultural de la nación o naciones en conflicto.

 

La Convención de la Haya es parte del Derecho Internacional Humanitario y sus disposiciones de 1954 fueron mejoradas y complementadas mediante el Segundo Protocolo de la Convención de la Haya para la Protección de los Bienes Culturales en caso de Conflicto Armado del 26 de marzo de 1999.

 

El Segundo Protocolo le da "protección reforzada" a los bienes culturales de la mayor importancia para la humanidad, añadiendo a las categorías anteriores de "protección general" y "protección especial".

 

Con el fin de reconocer los bienes culturales, en 1996 se creó el Comité Internacional del Blue Shield o Escudo Azul. A través de este, la Convención de La Haya proporciona un emblema distintivo, comúnmente llamado el Escudo Azul para identificar de manera individual estos bienes culturales bajo protección, así como al personal encargado de esta tarea.

 

De esta manera podríamos esperar que se autorice la utilización del Escudo Azul con protección reforzada (identificada con el escudo rodeado por una banda roja separada) para los 4 bienes del Estado Palestino inscritos en la Lista del Patrimonio Mundial:

 

• Lugar de nacimiento de Jesús: Iglesia de la Natividad y Ruta de peregrinación, Belén (inscrito en 2012)
• Palestina: Tierra de olivos y vides - Paisaje cultural del sur de Jerusalén, Battir (inscrito en 2014 y actualmente inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro)
• Ciudad Vieja de Hebrón/Al Khalil (inscrito en 2017 y actualmente inscrito en la Lista del Patrimonio Mundial en Peligro)
• Antigua Jericó/Tell es-Sultan (inscrito en 2023, lo cual causó un gran disgusto al Estado de Israel).

 

Sin embargo, la protección del patrimonio cultural es un tema que pasa a segundo plano cuando estamos viendo como una nación cuyos habitantes y ancestros históricamente han sufrido persecuciones desde la Edad Media, cuando los judíos fueron perseguidos y expulsados de reinos como Inglaterra (1290), Francia (1394) o España (1492), y que decir de los horrores de la Segunda Guerra Mundial, está desplazando a la población de la franja de Gaza y destruyendo todo a su paso.

 

El Estado de Israel fue creado en 1948 con todo el apoyo de la ONU en el lugar que David Ben-Gurión eligió para proclamar su independencia porque según el Antiguo Testamento, esa era la Tierra Prometida por Dios al primer patriarca, Abraham, y a sus descendientes: “Yo soy el Señor, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia” (Génesis 28:13).

 

Lo cierto es que en este territorio del Oriente Medio se encuentra el lugar de origen de tres religiones monoteístas, el territorio comprendido entre el río Jordán y el mar Mediterráneo es, para los cristianos, la cuna del cristianismo, para los judíos, la tierra prometida, y para los musulmanes, el lugar desde el cual Mahoma ascendió a los cielos.

 

Hoy, “Gaza es la prisión más grande de la tierra y uno de los lugares más densamente poblados del mundo. Según Antonio Guterres, Secretario General de Naciones Unidas, es “el infierno en la tierra”. Una de las regiones donde la situación humanitaria es extremadamente preocupante y donde viven 1.6 millones de personas, de las cuales, más de la mitad son menores.”

 

Pero eso parece no importarles ni a Bibi (Benjamín Netanyahu, Primer Ministro de Israel) ni al resto del mundo participante en los multimillonarios negocios de capitales judíos, y tampoco a los terroristas de Hamás que se apoderaron de los campamentos de Gaza. La Corte Penal Internacional abrió una histórica investigación de presuntos crímenes de guerra en Gaza durante el conflicto de 2014 y tras el conflicto armado de mayo de 2021, Naciones Unidas anunció una comisión internacional de investigación sobre las presuntas violaciones tanto del derecho internacional humanitario como del derecho internacional de los derechos humanos en la región, pero Israel ha demostrado cero respeto por el orden y derecho internacional.

 

De nada has servido las experiencias del pasado, no quisiéramos ser testigos de un conflicto que sume atrocidades como las vividas con el Apartheid, el Holocausto, los Ghettos, el Jemer Rojo, el Genocidio Armenio, Darfur, y las Guerras de Yugoslavia sobre la población multicultural de desplazados en Gaza. No queremos otra versión moderna de la damnatio memoriae -la condena y eliminación de la memoria- para borrar la existencia de las culturas del territorio en conflicto.

 

Recordemos lo que dice el preámbulo del Objetivo de Desarrollo Sostenible 16: Promover sociedades justas, pacíficas e inclusivas. “Los conflictos, la inseguridad, las instituciones débiles y el acceso limitado a la justicia continúan suponiendo una grave amenaza para el desarrollo sostenible”.

 

Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP

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