El secretario general de la ONU, António Guterres, calificó ayer sábado el bombardeo estadounidense de tres instalaciones nucleares en Irán como una "escalada peligrosa", tras ocho días de ataques mortales y contraataques entre Teherán y Tel Aviv.

"Estoy muy alarmado por el uso de la fuerza por parte de Estados Unidos contra Irán hoy", afirmó el jefe de la ONU, reiterando que no hay solución militar.

"Se trata de una escalada peligrosa en una región que ya se encuentra al límite, y una amenaza directa para la paz y la seguridad internacionales".

El presidente Donald Trump pronunció un discurso televisado a la nación desde la Casa Blanca a las 10 de la noche, hora local, y afirmó que las instalaciones nucleares iraníes de Fordo, Natanz e Isfahán habían sido "totalmente destruidas", calificando el bombardeo de largo alcance como un "éxito militar espectacular".

Trump instó a los líderes iraníes a "hacer las paces" y volver a las negociaciones sobre su programa nuclear o sufrir una oleada de ataques mucho mayor.

Las autoridades iraníes aún no han confirmado el alcance de los daños en las tres instalaciones situadas en el centro de Irán. Según se ha informado, el ministro de Asuntos Exteriores iraní advirtió ese mismo día a Estados Unidos contra cualquier implicación en el conflicto que estalló el 13 de junio cuando Israel atacó Irán.

En su declaración, el secretario general de la ONU reiteró la preocupación que expresó en la reunión de emergencia del Consejo de Seguridad celebrada el pasado viernes sobre la crisis, en la que señaló que el conflicto "podría descontrolarse rápidamente, con consecuencias catastróficas para la población civil, la región y el mundo".

Hizo un llamamiento a todos los Estados miembros para que desescalaran la situación, que amenaza la estabilidad de Oriente Medio y más allá, y pidió a todos que cumplieran con sus obligaciones en virtud de la Carta de las Naciones Unidas y el derecho internacional.

"En estos momentos tan peligrosos, es fundamental evitar una espiral de caos", añadió, pidiendo el regreso inmediato a las negociaciones entre las partes beligerantes.

"No hay solución militar. El único camino a seguir es la diplomacia. La única esperanza es la paz", advirtió.

Se cree que al menos 430 iraníes han muerto durante las oleadas de ataques desde entonces y que hay alrededor de 3 mil 500 heridos, según cifras del Ministerio de Salud iraní.

En Israel, 24 civiles han muerto en los ataques de represalia, según las autoridades locales, y se han lanzado más de 400 misiles contra el país.

El presidente Trump confirmó que en los ataques estadounidenses participaron bombarderos B-2, que lanzaron las llamadas bombas "bunker buster" sobre la planta de enriquecimiento de uranio de Fordow, situada en las profundidades de una montaña al sur de la capital, Teherán.