Gambito de Dama
Por Marcela Acosta
Día de Muertos ¿Marketing Cultural?
“La historia reciente de México, la de los últimos 500 años, es la historia del enfrentamiento permanente entre quienes pretenden encauzar al país en el proyecto de la civilización occidental y quienes resisten arraigados en formas de vida de estirpe mesoamericana.”
Guillermo Bonfil Batalla
México Profundo
De acuerdo con el doctor José Miguel Muñiz Apresa del Tecnológico de Monterrey, “el marketing cultural es el proceso de gestión y un conjunto de acciones que realizan las organizaciones culturales con el propósito de intercambiar con la sociedad el valor del arte y la cultura.”
Sabemos que casi todas la culturas han reverenciado a sus muertos, independientemente de la creencia de la existencia de otra vida o de un posible o nulo regreso de las almas a este plano, pero en nuestro país se ha dado una singular evolución en la manera de recordar a los muertos.
Esto viene sucediendo desde hace 500 años, desde que en México se montó una estrategia en torno a Las celebraciones de Todos Santos y Fieles Difuntos del mundo católico y al proceso de ritualidad asociada con la muerte de los pueblos prehispánicos que ha evolucionado durante siglos y que incluso se proclamó como Obra Maestra del Patrimonio Oral e Inmaterial de la Humanidad y fue declarada Patrimonio Inmaterial de la Humanidad.
El expediente de nominación de la Festividad Indígena Dedicada a los Muertos menciona que:
“Las festividades indígenas en torno a los muertos se llevan a cabo en 41 grupos étnicos de México.
La fiesta de Día de Muertos es uno de los múltiples efectos del encuentro de dos mundos. En México, sin embargo, ha sido también la causa y el origen de una enorme variedad de expresiones culturales que giran en torno a esta celebración anual. Los estudios históricos y antropológicos han permitido constatar que las celebraciones dedicadas a los muertos no sólo comparten una antigua práctica ceremonial donde conviven la tradición católica y la tradición precolombina, sino también una diversidad de manifestaciones que se sustentan en la pluralidad étnica y cultural del país.
El conjunto de prácticas y tradiciones que prevalecen en torno a las celebraciones dedicadas a los muertos» tanto en las ciudades como en un gran número de poblaciones rurales, constituye hoy en día una de las costumbres más vigorosas y dinámicas de México”
El Dr. Joaquín Muñoz Mendoza explica en el expediente con el que se declaró patrimonio cultural a La Festividad Indígena de Día de Muertos en San Luis Potosí que:
“El fenómeno impositivo, se encontró con expresiones realmente impresionantes desde el marco del sincretismo, que, sabiéndolo utilizar las diversas órdenes mendicantes asentadas con una funcionalidad experta, hasta la primera mitad del siglo XVI y sustituida por un clero regular muy eficiente en materia de transculturación, supieron aprovechar todos los elementos culturales detectados por los monjes y clérigos participantes en la conquista primitiva del siglo XVI y perfectamente recuperables para su uso en los siglos venideros de colonia y virreinato; en especial lo relacionado con el espíritu de la Muerte.
Dentro de la tradición católica de aquella época, la festividad del Día de Muertos y Todos los Santos, se celebra el día 1º y 2 de noviembre, retomando antiguas tradiciones celtas que tenían cultos ancestrales asociados con el fin de las temporadas agrícolas con la llegada de las heladas otoñales y las nieves de invierno que desembocan en el regreso del calor en las primaveras, coincidentes también, desde luego, con el fenómeno de los equinoccios y los solsticios y que también son coincidentes con los que se desarrollaban en el México de aquellos siglos y que seguimos compartiendo al estar ambas naciones en el mismo hemisferio terrestre: el Norte.”
Hasta aquí vemos los esfuerzos que se hicieron para adaptar los calendarios y hacerlos coincidir para esta fecha.
La Dra. Elsa Malvido afirmaba que “dichas ceremonias son netamente españolas, coloniales, cristianas y en algunos casos romanas paganas, enseñadas por frailes, curas y otros europeos a los indios y mestizos.”
También es interesante ver como se fue alimentando esta estrategia conforme se consolidaba el virreinato y se reforzaba la fe católica con la llegada de reliquias, exvotos y sus consiguientes versiones de dulce y pan ahora parte de las ofrendas y altares. Siglos después se incorporaron verbenas en los panteones con música, baile y muchos puestos de comida y bebida, los cuales han perdurado hasta nuestros días.
La Dra. Malvido también escribió que “Esas celebraciones han sufrido otros cambios. Uno muy importante se da durante la separación de la Iglesia y el Estado en 1860 con las Leyes de Reforma, cuando la muerte fue controlada por el estado civil y enterrada en los panteones civiles o privados; y la otra, más tardía, creada por los ideólogos del gobierno de Lázaro Cárdenas.”
Fue precisamente Lázaro Cárdenas quién crea el INAH y la Escuela Nacional de Antropología e Historia, cuyos egresados has sido en muchos casos férreos defensores de su nacionalismo.
Por este motivo no debe sorprendernos que el Día de Muertos sea tal vez el más exitoso caso de marketing cultural de México. Y tampoco debe sorprendernos que el desfile de Catrinas de la película "007: Spectre" y los personajes de la película de Pixar, Coco, ahora se consideren como parte de esta celebración.
Las opiniones aquí expresadas son responsabilidad del autor y no necesariamente representan la postura de Ajedrez Político SLP
ROCÍO MARCELA ACOSTA CHÁVEZ
Traductora y Gestora cultural
Licenciada en Ciencias de la Comunicación con Maestría en Historia del Arte Urbano.
Fue productora y conductora de la sección cultural del Canal 9 de televisión local.
Miembro del equipo de investigación para la elaboración del expediente del Camino Real de Tierra Adentro
Fue subdirectora de Patrimonio Cultural y encargada de la Dirección de Patrimonio Cultural y de la Coordinación Estatal de Protección del Patrimonio Cultural del Gobierno del Estado de San Luis Potosí.
Ha sido ponente en Foros Internacionales y Nacionales de Patrimonio Cultural